Asier LARREA
Economista y socio compromisario
DESDE LA GRADA

Osasuna: Honradez, transparencia y control interno

Lamentable y desolador. Así se define este nuevo capítulo en el periplo que nuestro Osasuna está llevando a cabo en la búsqueda de un rumbo estable, que nos lleve a una verdadera regeneración.

Cuando todavía restan flecos pendientes de los excesos que anteriores gestores practicaron hacia nuestro club y cuando deportivamente Osasuna está a punto de sucumbir en esta Liga que nos ha permitido coger, económicamente, un balón de oxígeno, en donde la gestión tanto del éxito como del fracaso, ha sido francamente mejorable, ayer nos desayunamos con una nueva polémica, que nada tiene que ver con la regeneración y transparencia que, desde la junta liderada por Luis Sabalza, se prometió a su llegada, hace más de dos años.

Escudarse permanentemente en la honradez del equipo directivo, después de todo lo que hemos vivido –y cuyas consecuencias no las conocemos en su totalidad, ni las hemos terminado de pagar–, son excusas de mal pagador, que el club no se puede permitir.

El rigor, la transparencia y la puesta en práctica de un sistema de control interno son asignaturas pendientes que nuestro Club Atlético Osasuna todavía no ha puesto en práctica y que lo hacen vulnerable en una asociación centenaria que pretende competir en un fútbol de élite.

Desarrollar un sistema de control interno dentro de la organización, que abarque el conjunto de áreas que la integran y generar una cultura de rendición de cuentas al socio, dueño del club, son tareas prioritarias a implementar, sobre las que la masa social rojilla debiera intensificar su exigencia. Frente a las voces escépticas, lo anterior es perfectamente compatible con la libertad que cada junta directiva tiene para llevar a cabo su programa y, en ningún caso, limita su acción.

Mientras todo esto no se ponga en práctica, esta situación de vulnerabilidad nos hará estar inmersos en polémicas que nada tienen que ver con lo que los socios de Osasuna esperamos y deseamos para nuestra entidad, que no es otra cosa que la de ser un club de cantera que, propiedad de sus aficionados, compite en un fútbol de élite, desarrolla una labor social intangible en Navarra a través de la práctica del fútbol base y, a través del pago de sus obligaciones fiscales, sea un buen contribuyente hacia las arcas de la Comunidad Foral para, en definitiva, ser un agente social activo que contribuya positivamente al desarrollo de nuestra sociedad.

El socio de Osasuna, que todavía no ha entendido el por qué de las actuaciones de Izco, Archanco o Vizcay del pasado, no puede permitirse el lujo de permitir que la gestión de su club esté basada en la presunción de la honradez de la junta de turno. Este “cuento” ya nos lo contaron en el pasado y su final todos lo estamos conociendo.

Confío y deseo que el socio de Osasuna interprete lo vivido ayer como una situación que ha puesto de manifiesto que en Osasuna siguen existiendo riesgos, que si no se definen y establecen medidas de identificación y solución, probablemente pueden volver a reproducirse. Para ello, es imprescindible que, desde la unión, se genere un clima de reflexión y debate, que nos ayude a entender por qué ha sucedido esto y buscar soluciones para garantizar que nuestra única preocupación sea la de disfrutar de la actividad social y deportiva que Osasuna nos brinda. Goazen gorriak!