Nerea GOTI
EL PNV REMEMORA LA ASAMBLEA DE IRUñEA DE 1977

ORTUZAR REIVINDICA LA GESTIÓN DEL PNV DESDE 1977 PARA GUIAR EL PAÍS

El PNV reunió ayer en el BEC a los ponentes de la histórica Asamblea de Iruñea de 1977, una cita que fijó las bases de lo que Ortuzar llamó el «auténtico modelo PNV», una forma de hacer que defendió para lograr un estado vasco «sin confrontar».

El PNV llamó a su militancia a un acto en el BEC ayer para conmemorar el 40º aniversario de la Asamblea de Iruñea de 1977, una cita simbólica para el jelkidismo, que reunió a 2.100 afiliados, según los organizadores, y cuyo principal atractivo fue el relato de lo que supuso aquella asamblea por boca de los propios protagonistas de la cita. En aquel cónclave, que duró cuatro días en la capital navarra, la formación que fundó Sabino Arana, recién salida de la clandestinidad, se reorganizó y reformuló su oferta política, logrando un importante refrendo en las urnas, un legado que ayer se reivindicó en el BEC por boca del presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, como «auténtico modelo PNV». Según subrayó, «acertaron en el diagnóstico, acertaron en las medidas y acertaron en la dirección».

Por ello, una ovación saludó la aparición en el escenario de los cuatro ponentes de la Asamblea de Iruñea: Xabier Arzalluz, Josu Bergara, Iñigo Agirre y Kepa Sodupe. A los cuatro dirigentes jelkides, la conductora les preguntó por su cometido para resituar el partido en la sociedad, en medio de un caldeado ambiente político «sin caer en los cantos de sirena del radicalismo de izquierdas». El que fuera expresidente del EBB del PNV, Xabier Arzalluz fue el primero en abrir el coloquio.

Con una voz más matizada, pero en su característico tono enérgico, el veterano jelkide describió aquel momento como «confuso» para una militancia que «tenía ciertos complejos» entre las acciones de ETA, que acaparaban la actualidad y la atención de los más jóvenes, la idea de que «nosotros éramos los de siempre» y la presencia de fuerzas «con un aire de victoria» como ESB, «siempre despreciándonos». Y sin embargo, según destacó, llegó la primera contienda electoral y «fuimos los primeros con mucho».

Los veteranos jelkides repasaron algunas de las cuestiones objeto de debate en aquella asamblea de Iruñea, la idea de recuperar la identidad de un país «integrando a los recién llegados pero creando a la vez la conciencia de pueblo vasco», la discusión en torno al euskara batua o el debate sobre la aconfesionalidad del partido, aceptada finalmente tras un intenso debate.

Subrayaron que entre 1976 y 1977 se estuvo sondeando qué recepción tenía el partido en los pueblos. «Conocíamos bien el sentir y las ansias de libertad que teníamos», relataron, para agregar que la fórmula era estar «atentos a soluciones viables y consecuentes con las características de la sociedad vasca».

Crítica a ELA

«Este era un país en el que uno era marxista, leninista o maoísta y otros andaban a la pistola», apuntó Arzalluz en una de sus intervenciones sobre aquel momento político que definió como «un caos social y políticamente» y que derivó en una fuerte crítica a ELA. Tras relatar que el sindicato intentó en aquel tiempo influir en el rumbo del partido, consideró que el actual secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, concibe el sindicato como una «organización político sindical», por lo que «uno piensa si el PNV tendría que reconsiderar un poco su posición ante este sindicato», según manifestó, respondido por aplausos.

Tras el coloquio sobre el pasado, fue Ortuzar quien subió al escenario para hablar del presente y del futuro del partido y del país. Destacó que el país y el partido han avanzado y superado retos desde el 77 hasta hoy, «en gran medida porque en aquella asamblea de Iruñea se hizo un buen análisis de lo que el país necesitaba, se supo ver lo que venía y, sobre todo, hacia dónde había que ir».

«Por justicia para quienes en el 77 optaron valientemente por la vía de la reforma en contra de todos aquellos rupturistas y revolucionarios de manual, sí debemos señalar que mientras unos jugaron en balde con los sueños de la gente, otros trabajamos por convertir aquellos sueños en realidad».

Ortuzar ensalzó que el PNV mantiene vivo el deseo de «un Estado vasco» y habló de «la oportunidad de subir un escalón más», así como de «las circunstancias adecuadas para avanzar en la dirección correcta», en vista de que «Navarra afianza el cambio», que hay una primera institución en Ipar Euskal Herria y una «mayoría política que mira al futuro en el sur en clave de autogobierno y soberanía». Agregó que el objetivo del PNV «no es la confrontación con nadie, ni con España ni con Francia» y defendió que se avanza «metro a metro» sin provocar estrés, transitando «sin complejos» por el «sitio seguro».