Mikel ZUBIMENDI
Entrevista
ANA PONTÓN
PORTAVOZ NACIONAL DEL BNG

«La recuperación del BNG alimenta nuestra confianza como pueblo»

Ana Pontón (Sarria, 1977) responde a GARA tres haber sido reelegida como líder del Bloque Nacionalista Galego (BNG), convencida de que su formación puede alcanzar éxitos que hasta hace poco ni podían soñar en su país y de que lo mejor está por llegar.

Militante de la causa nacional gallega desde muy joven, políglota y amante de la poesía, Pontón rezuma energía y ambición. «No debemos autolimitarnos ni ponernos techo». Son también días de tristeza para ella. El caprichoso mar, que tanto da y tanto quita, en un fatídico golpe se ha llevado la vida del poeta, percebeiro y concejal del BNG en Malpica, Paco Souto, un activista cultural y político muy apreciado que ha sumido en el dolor y la consternación a la familia nacionalista gallega.

Antes de responder a las preguntas, aprovecha la ocasión para enviar «un saludo solidario al pueblo vasco, que es también mi pueblo. Una parte de mi familia es vasca y me siento muy unida y cercana». Y prosigue con voz firme y suave: «Tenemos que tener confianza en nuestros pueblos y nuestra lucha. Decía nuestra poeta más universal, Rosalía de Castro: ‘Es feliz quien soñando vive. Desgraciado el que muera sin soñar’. Soñamos con ser pueblos libres y nuestros sueños son los que pueden hacer progresar a la humanidad».

Tras un pasado reciente convulso y en cierta medida traumático, con figuras históricas como Xosé Manuel Beiras (su rostro en la década de los 80) que dejaron el Bloque, bajo su liderazgo el BNG parece recuperarse y se dispone a abrir un nuevo tiempo político.

¿La renovación generacional y una organización más fortalecida y cohesionada responden a ese propósito? ¿Se puede hablar de una refundación en toda regla?

Vivimos años difíciles, pero estamos en una nueva etapa donde tenemos un horizonte totalmente diferente. El año pasado iniciamos un proceso de reflexión intenso, el denominado Proceso Adiante, en el que participaron 1.800 personas a través de 120 asambleas locales. Un debate sin límites ni corsés, donde las bases aportaron su valoración sobre errores, aciertos y realizaron propuestas de futuro. Reflexionamos a fondo y realizamos importantes actualizaciones en el plano analítico, el organizativo y el político. Nos dotamos de nuevos Estatutos, reactualizamos los principios políticos e incorporamos nuevos métodos y herramientas para hacer del BNG una organización más operativa y con mayor incidencia social práctica.

Usted ha manifestado que observa otro tono, otro brillo en los ojos de la familia nacionalista gallega. ¿Cuáles son las claves de esa recuperación del BNG a la que alude?

Conseguimos centrar el debate en las propuestas del nacionalismo y emerger como una fuerza política con un discurso claro, coherente y con propuestas de cambio real. Recuperamos el orgullo de ser del BNG y en alimentar nuestra autoestima y confianza como pueblo.

¿Cuáles son las aspiraciones de este BNG renovado que no renuncia a su experiencia, trayectoria e historia?

Aspiramos a ampliar la base social del nacionalismo y reforzar la conciencia nacional. Para eso es básico trabajar desde el punto de vista orgánico y social, fortalecer el proceso de autoorganización del pueblo gallego en todos los ámbitos. Además, es importante que este incremento de incidencia social se refleje en conseguir un mayor apoyo electoral en el corto plazo. Tenemos que ser capaces de romper la mayoría absoluta de la derecha española.

¿Imagina un vuelco político en Galicia y un nacionalismo de izquierdas como referencia mayoritaria?

No solo lo imagino, trabajamos para hacerlo realidad. El nacionalismo gallego es una alternativa para las mayorías sociales de Galiza. El reto es ampliar nuestra base tradicional y ser referentes para sectores sociales más amplios.

¿Cuál es el trabajo que debe hace el BNG, los puntos críticos a afrontar, y en cuáles debe afinar para resintonizar con la sociedad y recuperar el pulso electoral? ¿Con qué actitud afrontan el futuro próximo?

Tenemos que hacer un mayor trabajo social y referenciar el debate político en la situación de Galiza. Apostamos por un discurso claro, directo y conectado con las preocupaciones sociales, vinculando lo social y lo nacional como dos caras de la misma moneda. Este año creamos una corriente de simpatía muy importante, tenemos confianza en nuestro proyecto. Desde la humildad, miramos con optimismo el futuro.

Aunque usted lleva muchos años en el Parlamento gallego, para el gran público ha sido un reciente e ilusionante descubrimiento. Desde su experiencia propia, ¿cómo debe plantearse la lucha para tumbar a una máquina de ganar elecciones tan bien engrasada y con semejante extensión territorial como el PP gallego?

Yo tengo una cita de referencia: la paciencia es una virtud revolucionaria. No hay recetas mágicas, la política es dialéctica y estamos aquí para cambiar las cosas.

Nuestra responsabilidad es fortalecer la organización, aprovechar las contradicciones que genera el centralismo y crear conciencia nacional y autoestima. Para mí es importante que se nos vea como una fuerza con propuestas y capacidad de gobernar. Nuestros gobiernos municipales son claves para fortalecer al BNG, conseguimos demostrar que tenemos un proyecto transformador.

Se ven fotos de Feijóo navegando en yate con narcotraficantes como Marcial Dorado. No dimite, ni le pasa factura, y encima se le proyecta como una gran promesa de la política española. ¿Hasta qué punto está extendido el caciquismo? ¿Cómo condiciona su futuro?

Esa foto tuvo muy poco recorrido en los grandes medios de comunicación gallegos y hay poca información sobre las corruptelas del PP. El caciquismo y la corrupción existen en Galiza con casos que salpicaron a miembros del Gobierno gallego. La diferencia está en la dimensión mediática que tuvieron. En Galiza hay un cordón mediático que protege a Feijóo. Tenemos un déficit democrático muy importante. La filtración de la foto con un narcotraficante salió del entorno del PP. En todo caso, a día de hoy, pienso que el salto a Madrid para Núñez Feijóo está cerrado.

¿Cómo ve el proceso catalán? ¿Cree que nada volverá a ser igual?

Veo el debate en Catalunya con esperanza e ilusión. Hay un proceso de participación de base, de movilización ciudadana que no tiene precedentes. Estamos ante el año determinante. Es un proceso complicado, pero estoy convencida que no se puede ilegalizar ni inhabilitar la voluntad de un pueblo que solo defiende la democracia.

Vista la crisis del modelo del 78 y la capacidad de resistir y de regenerarse que tiene, ¿cómo ve la posibilidad de abrir nuevos frentes en Galicia y Euskal Herria y poder coordinarlos?

Creo que esa es una condición necesaria, pero insuficiente. Hay un trabajo social y colectivo que va más allá de una organización política.

 

«El BNG acertó. Es imposible servir a dos señores a la vez»

Habla de la imprescindible existencia de una fuerza política con el corazón y la cabeza en su tierra, que no sea subordinada ni sucursal de formaciones españolas de izquierda. Se refería a la experiencia de En Marea. Visto desde fuera parece que, como en la física, en la política también todo lo que sube, baja. ¿Considera ese fenómeno en retroceso?

Es difícil saber cómo va a evolucionar el panorama político; las circunstancias varían y estamos ante escenarios sociales inestables y la evolución de la crisis económica y las desigualdades serán determinantes. En todo caso, hay datos objetivos que evidencian problemas graves para ese espacio político. Tienen una fractura interna importante y se siente desencanto en su entorno. En todo caso, el futuro del nacionalismo, del BNG, no depende de lo que pase en otras organizaciones políticas; depende de que nosotros acertemos en nuestros mensajes y nuestras propuestas.

Hubo intentos de convertir el nacionalismo gallego en una especie de sucursal de Podemos, con marca propia en Galicia pero sin voz propia y soberana en el Congreso. Ustedes, y otras fuerzas del nacionalismo gallego, se resistieron a aquella operación. Aunque tras 20 años de representación en Madrid no consiguieran reeditarla, ¿siguen creyendo que fue un acierto?

Los hechos demuestran que acertamos. No puedo concebir un nacionalismo con una pata en Galiza y la otra en Madrid. Es imposible servir a dos señores a la vez.

¿Creen que, si trabajan bien, parte de ese voto que se fue retornará al BNG?

Creo que los votos son de las y los ciudadanos, no de los partidos. Estamos en disposición de representar a las mayorías sociales gallegas. Que esto pase depende de que acertemos nosotros.

En contra de la idea de que solo Galicia puede liberarse a sí misma, cogió cierta fuerza aquella de que la liberación de las naciones pasa primero por el asalto a los cielos de Madrid. ¿Cree que se va haciendo pedagogía de que esa no es la postura más rupturista ni la más radical? ¿Que en el contexto actual son los movimientos de liberación nacional, los procesos de autodeterminación, los que de verdad cuestionan el régimen del 78?

Creo que el tiempo va poniendo las cosas en su sitio. Podemos tuvo una estrategia clara para intentar darle un codazo al nacionalismo vasco, gallego y catalán; pero las contradicciones se van haciendo más visibles. El nacionalismo está demostrando que es la esperanza de que se pueda romper con el régimen del 78 y cuestionar el actual estatus quo.M. Z.