Ion SALGADO
SITUACIÓN DEL PRESO OIER GÓMEZ

UNA JORNADA SOLIDARIA A LA ESPERA DE QUE LOS JUECES TOMEN UNA DECISIÓN

MILES DE PERSONAS PARTICIPARON EN LOS ACTOS ORGANIZADOS POR LA PLATAFORMA OIERTXOSOS EN GASTEIZ. EL DÍA ARRANCÓ CON UNA MESA REDONDA EN LA QUE INTERVINO EL PADRE DE OIER GÓMEZ Y ACABÓ CON UNA MARCHA MULTITUDINARIA EN LA QUE SE LEYÓ UNA CARTA ESCRITA POR EL PROPIO PRESO VASCO.

Reivindicación y esperanza. Estos fueron los dos ingredientes que aderezaron la jornada solidaria organizada por la plataforma OiertxoSOS ayer en Gasteiz para reivindicar la puesta en libertad del preso Oier Gómez, así como del resto de represaliados gravemente enfermos.

Los actos comenzaron a las 11.30, en la sede de la CNT, donde tuvo lugar una mesa redonda en la que intervino el padre de Oier, Carlos Gómez, quien indicó que, «si todo sale bien», podría dejar el módulo penitenciario de Pitié-Salpêtriere el próximo miércoles. «Ese mismo día podría pasar a un hospital civil y, en el mejor de los casos, se podría dar un acercamiento a Baiona», detalló. Añadió que, pese a no estar seguro al cien por cien, confía en que los jueces dicten mañana la suspensión de condena.

Esta decisión, a la que debería seguir la resolución de dos euroórdenes, pondría fin a un calvario que comenzó en 2012, cuando le detectaron un linfoma de Hodgkin que fue tratado con quimioterapia. Posteriormente, el pasado mes de enero, le diagnosticaron un sarcoma de Ewing con metástasis en cabeza y pelvis.

Desde entonces Oier ha tenido que hacer frente a su enfermedad en unas condiciones muy duras. Su padre recordó la atención que le dispensaban en Meaux, donde recibía tratamiento esposado, y describió algunas de las situaciones que se han dado en París. «Ha dejado de recibir asistencia médica voluntaria durante dos días porque el trato no era correcto. Está poniendo en peligro su vida para que las condiciones en las que está sean más apropiadas», explicó antes de ceder la palabra a la médico Miren Arana.

La facultativa insistió en que la enfermedad de Oier es incompatible con la prisión, y advirtió de que un informe alerta que, si continúa encarcelado, su esperanza de vida puede ser de seis meses. «Si se cambian las condiciones y se suspende la condena la situación sería distinta, cada persona es un mundo y habría que ver la evolución, además podría recibir otros tratamientos», manifestó.

Asimismo, indicó que, a día de hoy, trece presos vascos gravemente enfermos continúan en prisión. Y hay otros que padecen graves dolencias pero no han hecho pública su situación.

En la lista de los presos gravemente enfermos figura Ibon Iparragirre, que padece sida y se encuentra en la enfermería de Alcalá Meco. Jon Kirru Iparragirre detalló ayer la situación de su hermano y denunció la actitud del Estado español, que en una instrucción publicada en febrero establece que los presos gravemente enfermos solo podrán ser excarcelados si su muerte se prevé «con razonable certeza, a muy corto plazo» o si se cumplen los requisitos establecidos por el Gobierno español para acceder al tercer grado y la libertad condicional, que en el caso de los represaliados vascos pasa por «que el penado muestre signos inequívocos de haber abandonado los fines y los medios de la actividad terrorista y haya colaborado activamente con las autoridades».

«El cumplimiento de los Derechos Humanos no tiene que estar supeditado a arrepentimiento o delación», subrayó Iparragirre tras denunciar que los estados español y francés «se están enseñando con los presos políticos, en este caso con el eslabón más débil, los presos enfermos». Una opinión compartida por Gilen Aldazabal, integrante de la plataforma de apoyo a Txus Martín, que padece una grave enfermedad mental. «Los derechos civiles y políticos parece que solo valen para unos», censuró, y cargó contra los partidos que auspiciaron la puesta en marcha de la dispersión penitenciaria, que ha provocado 16 muertes.

Por su parte, el abogado Andreu García explicó ante los presentes cómo batalló para lograr la puesta en libertad de Arantza Díez, una vecina de Gasteiz de 44 años que fue detenida en 2006 y condenada a 12 años de prisión por militar en el PCE (r). Salió de prisión en diciembre de 2015, después de luchar durante año y medio contra un cáncer de colon, siendo sometida a cuatro intervenciones quirúrgicas.

«Hubo una cadena de omisiones por parte de Instituciones Penitenciarias y del sistema judicial que estuvieron a punto de acabar con la vida de Arantza», destacó. Y puso en valor el apoyo de la ciudadanía, la movilización social como herramienta válida para lograr la puesta en libertad de la represaliada, que asistió al coloquio. «Estoy viva por la campaña de solidaridad, que me sacó a la calle. Y en la manifestación se nos tiene que oír, porque no podemos permitir ninguna muerte. O peleamos y les sacamos o nos va a tocar llorar más de una vez», afirmó, animando a los asistentes a participar en la marcha de la tarde, en la que se dieron cita más de 3.000 personas, según el recuento realizado por GARA.

Carta de Oier Gómez

Al finalizar la manifestación, Urko López de Erentzun leyó una carta escrita por Oier, en la que agradece el apoyo de los congregados en Gasteiz. «La lucha que estáis llevando a cabo para reclamar la libertad de los presos políticos enfermos, y del resto de presos políticos, es ejemplar», señaló el preso gasteiztarra, que también mostró su apoyo al resto de represaliados y a sus allegados.

Asimismo, dos integrantes de la plataforma OiertxoSOS incidieron en que la situación de Oier es incompatible con los agresivos tratamientos que recibe. «Su habitación es idéntica a una celda de prisión, pero en el interior del hospital, y las comunicaciones con el exterior y con su entorno familiar y afectivo se reducen a una visita semanal de dos horas y a algunas llamadas telefónicas», relataron. Por ello pidieron la suspensión de condena para que Oier pueda ser trasladado a un hospital cercano a sus médicos de confianza y familia, «y después su libertad incondicional».

Cabe destacar que mañana Sare hará una valoración del fallo judicial a las 19.00 en la plaza de la Virgen Blanca. Además, la red ciudadana y Bagoaz organizarán diferentes actos en Gasteiz y Baiona el próximo miércoles, día en el que se deben resolver las euroórdenes y en el que podría salir Oier del hospital de Pitié-Salpêtriere.

Por último, el próximo 6 de mayo tendrá lugar una manifestación en Gasteiz para reclamar la puesta en libertad de los presos gravemente enfermos, entre los que figura otro vecino de la capital alavesa, José Ramón López de Abetxuko, que debía haber quedado en libertad hace ya tres años. Sin embargo, continúa preso en Asturias.