Víctor ESQUIROL
CRÍTICA «A fondo»

Agárralos como puedas

A pesar de ser esencial y orgullosamente francés, el cine que propone el director y guionista Nicolas Benamou, se desmarca también del de sus compatriotas por ir a buscar formas (y modales) que recuerdan más a los de ciertos referentes de la nueva comedia americana. El ejemplo a seguir lo marcan, irónicamente, aquellos tipos que serían catalogados por cualquier papá/mamá del mundo, como un mal ejemplo para sus hijos. Pongamos, por ejemplo, a Todd Phillips, el hombre más “resacoso” del mundo; cineasta especialista en conjurar todos los elementos (naturales y artificiales) para que la situación, la que sea, se le vaya a uno de las manos.

En esto último Monsieur Benamou es un experto. En consagrar un producto entero a la comicidad de la potencia sin control. Para no salirnos del caso que ahora nos concierne: ¿Y si una avería en el control electrónico de un monovolumen impidiera a dicho vehículo bajar de los 130 km/h? ¿Y si este punto de partida se aguantara a lo largo de hora y media? ¿Y si, además de todo esto, metiéramos dentro del coche de marras a una familia que se cae a pedazos? En definitiva: ¿Y si a un iluminado se le hubiera ocurrido cruzar “Pequeña Miss Sunshine” con “Speed”? Pues que el resultado sería el que tenemos delante, una película con el coraje (o insensatez) de llegar hasta el fondo, y muy “a fondo”, de su propio delirio.

Y es que para bien o para mal, Benamou no desaprovecha ninguna ocasión para demostrar lo mal que calcula. Así, la irritación que produce la reincidencia en gags y personajes que no funcionan, se compensa con creces con la sobreexplotación del mejor activo con el que cuenta el producto. Esto es, una locura generalizada a la que en ningún momento se intenta domar. Al contrario, se la alimenta con lo que haga falta. Por el simple, gamberro y auto-destructivo gusto de ver el mundo arder.