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BILBO

Los nuevos trabajadores cobran un 24% menos

La brecha salarial abierta con la crisis es algo que a nadie sorprenderá, pero que pocas veces queda reflejado en los informes oficiales.

Los salarios de los trabajadores que se incorporan al mercado laboral son, en promedio, un 24% inferiores a los que cobran quienes ya tienen un empleo, según un análisis del Banco de España (BdE) elaborado con datos del periodo 2015-2016.

En un artículo sobre la evolución del empleo y del paro reflejada por la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre, del que se hizo eco Europa Press, el BdE indica que esta brecha salarial se explica «parcialmente» por variables como el sexo, la edad, los estudios, la nacionalidad, el sector de actividad o el tamaño de la empresa. Una vez descontado el impacto de estas variables, la brecha entre trabajadores nuevos y los ya presentes en el mercado laboral se mantiene en negativo, aunque se reduce a la mitad, en un promedio del 12%.

El BdE afirma que esta brecha ha aumentado en los últimos años, después de haberse mantenido «relativamente constante» desde el inicio de la crisis. Esta diferencia salarial explica, en parte, por qué la remuneración por asalariado estimada en la Contabilidad Nacional del Estado español viene mostrando en los últimos años valores negativos, con un retroceso medio del 1% desde 2014.

La institución bancaria señala que, en la medida en que las proyecciones apuntan a que la creación de empleo mantendrá tasas «relativamente elevadas» en el futuro próximo, esta brecha seguirá contribuyendo a «moderar» el crecimiento medio de la remuneración, «aunque con menor intensidad».

En relación con las cláusulas de salvaguarda frente a la inflación que se utilizan en la negociación colectiva, el BdE dice que la inclusión mayoritaria de estas cláusulas en el pasado «repercutió negativamente» en la competitividad de las empresas ante perturbaciones alcistas en los precios del petróleo.

El banco considera que «sería deseable» mantener la tendencia hacia un menor grado de indexación de los contratos y de los acuerdos salariales a la inflación, a fin de facilitar «un ajuste más eficiente de la economía».