Al menos 41 presos palestinos en huelga de hambre han sido trasladados en las últimas horas desde la cárcel urbana de Ashkelon a la prisión de Ohalei Keidar, en pleno desierto del Negev, en un esfuerzo de las autoridades ocupantes para disolver la multitudinaria huelga de hambre carcelaria, que involucra a unos 1.500 palestinos encarcelados y lleva ya 18 días en vigor, según informó ayer el comité conjunto portavoz de la huelga.

Además de estos traslados, que tienen el objetivo de desorganizar la estructura de la huelga y minar la moral de los presos, los abogados de los huelguistas han denunciado que las fuerzas israelíes siguen efectuando registros en los sectores donde se encuentran concentrados los presos, a quienes además sacan por la fuerza al patio cada amanecer, según comunicó el Comité de Información de la Huelga por la Libertad y la Dignidad.

Los presos siguen rechazando cualquier tipo de negociación con Tel Aviv. El representante de Al Fatah, Abed Al Mayid, confirmó a la cadena libanesa Al Mayadin que un representante de los huelguistas en las cárceles de Nafha y Rimon mantuvo un infructuoso encuentro de tres horas con los directores de ambas penitenciarías (con la presencia de un jefe de los servicios de Inteligencia). La parte palestina insistió en que cualquier acuerdo que obtuvieran para estas dos cárceles se extendiera al resto de prisiones israelíes.