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ROMA

Italia planea abrir más centros de detención para acelerar las expulsiones

Italia planea abrir nuevos centros de detención para refugiados e inmigrantes en los próximos meses con el fin de acelerar las deportaciones de extranjeros en situación irregular, a pesa de las críticas recibidas.

Detrás de las puertas de los centros de detención italianos, cientos de extranjeros languidecen por la ansiedad y el aburrimiento, pero ante la continua afluencia de refugiados e inmigrantes a las costas italianas que está poniendo en jaque al País, Roma, que ha solicitado ayuda a la Unión Europea, planea cuadruplicar su número para tratar de acelerar las expulsiones, a pesar de las numerosas críticas recibidas por considerar que dichos centros no son solo inhumanos para quienes son encerrados en ellos sino que no producen el resultado deseado por las autoridades.

Algunas violentas protestas y las enormes dificultades a la hora de identificar a los que llegan por mar han desencadenado el cierre de varias instalaciones similares en los últimos años.

Según la directiva aprobada esta misma semana, el Ministerio de Interior tiene previsto abrir o reabrir once centros en los próximos meses en distinas regiones del país, elevando a 1.600 plazas la capacidad de una red que actualmente cuenta con cuatro centros operativos.

Entre el 45% y el 50% de las personas retenidas en centros de detención –muchas de ellas solicitan asilo en el país– son deportadas. Otras no pueden ser identificadas o son rechazadas en sus países de origen y deben ser liberadas. En 2015, fueron deportadas unas 4.000 personas desde Italia.

El ministro del Interior, Marco Minniti, aseguró que los inmigrantes deben ser detenidos para prevenir que escapen antes de poder ser expulsados.

Un rescate que tardó cinco horas en llegar dejó 268 ahogados en un naufragio

En octubre de 2013, los guardacostas italianos tardaron cinco horas en socorrer a una barcaza en la que viajaban unos 480 inmigrantes y en cuyo naufragio se ahogaron 268 personas, entre ellas unos 60 niños. Así se desprende de la grabación de las conversaciones telefónicas entre la barcaza en apuros y la central operativa de la Guardia Costera en Roma, difundidas el lunes por el semanario “L'Espresso”, que explicó que la embarcación partió de Libia el 11 de octubre y estaba a punto de naufragar ya que unos milicianos dispararon a la nave al partir para robar y secuestrar a los pasajeros. En las grabaciones se escucha al médico sirio Mohamed Jammo pedir auxilio porque la embarcación se estaba hundiendo. Los guardacostas instaron a Jammo a contactar con las autoridades de Malta para su rescate, a pesar de que el patrullero Libra, de la Marina italiana, estaba a entre 19 y 10 millas, a una hora y media de navegación, mientras que Malta se encontraba a 118 millas, según “L’Espresso”. Cuando las autoridades italianas acudieron a su rescate cinco horas después, la barcaza había volcado con sus 480 personas a bordo. Cuatro años después, ninguna Fiscalía italiana ha concluido una investigación.GARA