Agustin GOIKOETXEA
MARCHAS A LAS CÁRCELES

LA SOLIDARIDAD TRASPASA LOS MUROS DE LAS PRISIONES Y ABRAZA A PRESAS Y PRESOS

SEIS MARCHAS A LAS PRISIONES DE CURTIS, PICASSENT, PUERTO DE SANTA MARÍA, ROANNE, FLEURY Y SAINT MAUR FUERON AYER FIEL REFLEJO DE LA SOLIDARIDAD QUE DESPIERTA EN AMPLIOS SECTORES DE LA SOCIEDAD VASCA LA CUESTIÓN DE LOS PRESOS Y SU LUCHA. «LOS ESTADOS SON FUERTES PERO NO INVENCIBLES», SUBRAYÓ GOTZON ELIZBURU EN FLEURY.

No fue un sábado normal en las cárceles de Curtis, Picassent, Puerto de Santa María, Roanne, Fleury y Saint Maur, a donde llegaron después de recorrer cientos y cientos de kilómetros –los mismos que cada semana cubren centenares de familiares y amigos– la solidaridad de quienes, respondiendo a la dinámica Kalera Kalera, quisieron estar cerca de los presos políticos vascos ahora que están a punto de concluir su debate interno. Al interior de esas prisiones llegó el sonido de la txalaparta y adarra, irrintzis, gritos de ánimo y canciones entonadas por cientos de personas al otro lado de los muros, contestados con alegría por los represaliados.

Coindiendo con esta iniciativa de la izquierda abertzale, EPPK hizo público un comunicado que fue leído en los actos que tuvieron lugar en el exterior de las seis cárceles. En las intervenciones, se recordó que están a punto de cumplirse 30 años de que el Estado español y el PNV diseñaran la estrategia de la dispersión, al objeto de tratar de doblegar a los presos vascos y «castigar» a su entorno, con un balance de 16 muertos y otras muchas consecuencias.

Una estrategia, destacaron, que no ha logrado los objetivos que esperaban sus promotores y que ha conseguido movilizar a una extensa red de voluntarios dispuestos a tratar de paliar los efectos de la dispersión. Ayer, ante los muros de las seis prisiones, dejaron claro que la izquierda abertzale no va a dejar solos a los 338 prisioneros, como tampoco a los cientos de huidos, y les dijeron que les quieren.

«Gracias de corazón»

Fueron 25 los autobuses que salieron desde diferentes puntos de Euskal Herria, a los que en Puerto, Curtis y Picassent se sumaron solidarios con la causa vasca andaluces, gallegos y catalanes. A ellos, por cierto, se les agradeció no sólo acudir a la protesta, sino también la ayuda que prestan a familiares y allegados de los prisioneros. «Sin vosotros, sin vosotras, sin vuestra solidaridad, todo sería mucho más difícil. ¡Mil gracias de todo corazón!», destacaron en las intervenciones que se desarrollaron al mediodía.

Las únicas incidencias se produjeron en las cercanías de Curtis y Picassent, protagonizadas por actuaciones de la Guardia Civil. Los agentes identificaron a los ocupantes de los autobuses y registraron uno a uno sus mochilas. En el caso de Valencia, llegaron a imponer una multa a una persona por llevar una navaja para cortar la comida mientras en A Coruña los uniformados obligaron a quitar los palos a las ikurriñas y a la banderolas que portaban. En Texeiro hubo también tiempo para solidarizarse con la huelga de hambre de los presos palestinos mientras en tierras gaditanas los jóvenes de Jaleo recordaron a Fran Molero y Andrés Bodalo, encarcelados por su compromiso militante.

En la mayoría de los casos, los marchistas consiguieron rodear los recintos carcelarios. En Puerto, por ejemplo, los ocupantes de los cinco autobuses y miembros del SAT y Jaleo lo hicieron entre gritos y canciones, animados por una trikitixa. Una familiar, de visita, les informó luego que les habían oído emocionados desde la sala donde tienen lugar los vis a vis.

En Saint Maur, los gendarmes les impidieron recorrer el perímetro de la cárcel mientras en Roanne pudieron oír las voces de alguna de las cuatro presas, respondiendo a las consignas de los manifestantes. En Fleury, la prisión francesa más alejada de territorio vasco a 864 kilómetros, se puso en el aire una pancarta gracias a unos globos.

Allí, Gotzon Elizburu, responsable de Comunicación de Sortu, manifestó que «después del desarme del 8 de abril no hay excusas. Hay que solucionar la situación de los presos. No se puede hablar de normalización política mientras haya cientos de presos en las cárceles». «Es necesaria la colaboración entre personas presas, la sociedad y las instituciones para buscar salidas a esta grave situación. Los estados son fuertes pero no invencibles», aseguró.

«Vamos a seguir luchando»

En el otro extremo, en Puerto de Santa María, a 973 kilómetros de Euskal Herria, durante el breve acto que se llevó a cabo, como en todas las citas, el responsable político de Sortu de Bizkaia, Ibon Arbulu, quiso trasladar dos mensajes nítidos: «Que queremos a los presos y a las presas, y que las queremos en la calle. Y vamos a seguir luchando por ello».

‘‘Hator hator’’, ‘‘Kalera kalera borrokalari kalera’’, entre otras fueron las canciones que se entonaron repetidamente además de consignas como ‘‘Euskal presoak etxera’’ o ‘‘Presoak kalera amnistia osoa’’. Hubo muchos momentos emotivos, como cuando la presa de Orozko Alaitz Aramendi contactó telefónicamente con los marchistas que viajaban desde Aiaraldea a Curtis. Satisfechos tras el «pequeño esfuerzo» para arropar a presas y presos, los ocupantes de los 25 autobuses retornaron a Euskal Herria conscientes de que queda menos para el regreso de los represaliados.