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CUMBRE EN TAORMINA

Los EEUU de Trump bloquean las ambiciones climáticas del G7

Los Estados Unidos de Donald Trump impidieron ayer que el G7, reunido en la ciudad siciliana de Taormina, adoptase una postura común en relación a un compromiso de respeto del Acuerdo de París sobre cambio climático, pues es un asunto «en revisión» por el Gobierno estadounidense. Sí se acordó una declaración contra el «terrorismo».

Los líderes del G7, que agrupa a los países más industrializados y ricos del mundo, no lograron ayer un consenso sobre la lucha contra el cambio climático y el Acuerdo de París porque EEUU está revisando su postura sobre esta cuestión materia y no tomará una decisión hasta dentro de unas semanas, informó el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, quien se mostró optimista de cara a un futuro cambio de postura de Washington.

Los líderes de EEUU, Alemania, Estado francés, Canadá, Italia, Gran Bretaña y Japón –que acumulan el 32% del PIB mundial– se reúnen desde ayer en la localidad siciliana de Taormina en una de las cumbres más complicadas del grupo por los desajustes provocados por la presencia del presidente estadounidense, Donald Trump, que impidió el acuerdo climático pero no un consenso en la lucha contra el «terrorismo» dirigido a endurecer los controles para reforzar la ciberseguridad.

«Hay una cuestión que permanece en suspenso: el Acuerdo de París sobre el clima. El Gobierno estadounidense tiene una reflexión interna en curso sobre los Acuerdos de París» de 2015, señaló Gentiloni, que ejerce de anfitrión e indicó que el resto de países «toman nota».

Explicó que los socios de EEUU en este foro confirmaron su «compromiso y determinación» en cumplir el Acuerdo de París y confían en que una vez que EEUU resuelva sus cuestiones internas querrá participar. «EEUU confirmó que tiene en marcha una reflexión en base a la cual tomarán sus decisiones que esperamos sean positivas en los próximos días o semanas», añadió.

Durante su campaña electoral, Trump mostró su intención de sacar a su país del acuerdo mundial contra el calentamiento global pero, desde que asumió la Presidencia, parece albergar dudas. Por ahora, ha aplazado su decisión hasta su regreso a Washington.

«Sabemos que los niveles a los cuales se comprometió la Administración anterior son muy limitantes para la economía estadounidense», indicó Gary Cohn, su consejero económico, quien consideró un obstáculo para su crecimiento el respeto del Acuerdo de París.

El temor de Washington es que el Acuerdo, que pasa por reducir las emisiones para atajar el problema del calentamiento global suponga una pérdida de potencial y capacidad industrial frente a otros gigantes del planeta, especialmente ante China.

Esta fue la primera de las divergencias que se esperaban en esta cumbre del G7, que sí mostró unidad en la lucha «contra el terrorismo y el extremismo peligroso», hasta el punto de firmar una declaración ad hoc, paralela a la final de la cumbre.

El texto, firmado también por los presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk, hace especial hincapié en la necesidad de combatir el «terrorismo» en internet, la a menudo «antecámara del terrorismo», según Gentiloni, y fue presentado como «un mensaje de amistad, vecindad y colaboración» con Gran Bretaña tras el atentado del lunes en Manchester, en el que murieron 22 personas y 64 resultaron heridas.

En quince puntos y tres páginas, el G7 insta a proveedores y servidores de internet, pero también a las redes sociales, a «incrementar sus esfuerzos en la localización de contenido de índole terrorista» que circula por la red de redes.

También anima a la industria a «desarrollar de manera urgente y compartir nueva tecnología y herramientas para mejorar la detección automática de contenido que incite a la violencia».

Y acuerda estrechar la colaboración para gestionar «el riesgo derivado de los combatientes extranjeros» y «tomar acciones para cortar los cauces y los canales de financiación del terrorismo y del extremismo violento».

 

Aumenta la presión sobre la Casa Blanca por el «Rusiagate» con Kushner en el foco del FBI

La presión aumenta sobre la Casa Blanca, salpicada por el «Rusiagate», un caso de presunta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de EEUU, con el yerno y cercano asesor de Donald Trump, Jared Kushner, en el punto de mira de la investigación del FBI y a unos días de que su ex director general James Comey, despedido por el mandatario, declare ante el Congreso.

Kushner, considerado asesor en política exterior, se reunió durante la campaña y el periodo de transición con el embajador ruso en EEUU, Serguei Kislyak, y con el banquero Serguei Gorkov, consejero delegado del Vnesheconombank y graduado en la academia de servicios secretos rusos.

De acuerdo con las fuentes anónimas citadas por “The Washington Post”, Kushner «está siendo investigado por el grado y naturaleza de sus interacciones con los rusos».

Según NBC News, los investigadores del FBI creen que Kushner «tiene información significativa para su pesquisa», lo que no significa que lo consideren sospechoso de un crimen.

“The Washington Post” informó hace unos días de que un alto funcionario de la Casa Blanca cercano a Trump estaba en el foco del FBI, pero no citó a Kushner. Jamie Gorelick, su abogada, respondió que su cliente «ya se ofreció voluntariamente a compartir con el Congreso lo que sabe sobre esas reuniones» y que «hará lo mismo si lo contactan en relación con cualquier otra investigación». Se refería al acuerdo para testificar sobre sus contactos con los rusos ante el Comité de Inteligencia del Senado.

La Casa Blanca califica de rutinarias los encuentros de Kushner con Kislyak y Gorkov en el periodo de transición, aunque también se reunió con el embajador ruso en abril de 2016, durante la campaña electoral.

Kislyak mantuvo también contactos con el exgeneral Michael Flynn, investigado por el FBI y quien llegó a la Casa Blanca como asesor de seguridad nacional, aunque dimitió pocas semanas después.GARA

 

May: Las relaciones con EEUU seguirán siendo «especiales»

La premier británica, Theresa May, aseguró ayer que pese a las filtraciones sobre el atentado de Manchester las relaciones de su país con EEUU «han sido especiales durante muchos años y seguirán siéndolo. Son nuestro más significativo aliado en defensa y seguridad». Las autoridades anunciaron que la célula yihadista responsable del atentado está «casi desmantelada». GARA