Arturo Puente
Periodista
JO PUNTUA

Operación referéndum

Los catalanes han escuchado esta semana el relato de varios expertos sobre la llamada ‘Operación Catalunya’ desde la comisión parlamentaria creada para investigarla. Los periodistas de “Público” Patricia López y Carlos Enrique Bayo explicaron con todo lujo de detalles la conspiración urdida desde los aparatos policiales del Estado, con objetivos tanto políticos como de enriquecimiento personal.

Entre las víctimas de esta conspiración, diversos políticos independentistas, sobre los que se fabricaron casos de corrupción, a veces falsos, a veces exagerados y, a veces, reales y graves pero investigados mediante el arte de fabricar pruebas o conseguirlas de forma ilegal.

Según explicaron los periodistas, la conspiración tenía varias facetas. El mecanismo central es la connivencia entre aparatos policiales, prensa y fiscalía, todo ello bien lubricado mediante instancias gubernamentales. Así, si el ministro del Interior quería poner a Xavier Trias en la picota, le bastaba con elaborar un informe falso sobre una supuesta cuenta del alcalde en Suiza, filtrarlo a la prensa, y, gracias a su publicación, que la Fiscalía lo llevara a los juzgados.

Mientras la ‘Operación Cataluña’ era explicada con pelos y señales en el Parlament, “El País” revelaba un supuesto borrador sobre la ley de desconexión que el independentismo prepara con secreto celo. El diario de Prisa publicó varias noticias escandalosas sobre los planes independentistas, al tiempo que el Gobierno español salía en tromba a calificarlos de golpe de Estado. El fiscal general anunció además estar estudiando una investigación sobre el documento.

A decir de muchos, la Operación Catalunya se ha extinguido. Lo cierto, sin embargo, es que ha mutado. Ahora merecería más bien el nombre de Operación Referéndum. Ante los planes de la Generalitat de celebrar una consulta vinculante, el propio “El País” ha publicado que el Gobierno está “dispuesto a todo” para pararlo. Hay antecedentes, hay un móvil, hay un modus operandi. A ningún tribunal le costaría encontrar indicios de la nueva fase de la conspiración.