Es difícil escribir ciertas palabras como preso, reo, porque están tan cargadas de connotaciones que se puede perder la perspectiva. Mientras hayan presos vascos a miles de kilómetros de sus casas por decisiones políticas arbitrarias será complicado respirar con tranquilidad. Un empujoncito más para que salgan los que tiene que salir y que acerquen a los demás nunca vendrá de más. Pero como la memoria es tan rara, me viene a la mente una escena de El Quijote en donde se encuentra con una cuerda de presos a los que califica de vizcainos, que era una manera de significar una procedencia estigmatizada.

Hay cuerdas de presos de un partido político convertido en banda que copan patios y no parece que sean vizcaínos, pero no hay que desesperar. Y la cuerda de presos de presidentes de club de fútbol se va alargando de manera constante. Siempre tuve una sospechosa fundada de que existe un planeta donde se crean los presidentes de fútbol, los concejales de cultura y los fabricantes de corbatas para el uniforme de gala de los dirigentes de las derechas ibéricas. No hay casualidades en estos asuntos y lo demostrando viendo un parcial encadenado de noticiuas y sucesos.

El vizcaino Ángel María Villar, ha sido reelegido de nuevo presidente de al Federación Española de Fútbol. Y van decenas de años. Y está bajo todas las sospechosas de corrupción. Controla a todos los estamentos. Y ha luchado contra Javier Tebas presidente de La Liga un abogado con mucho historial, entre el que se encuentra defender al que fue presidente del Glorioso Alavés, el ucraniano Piterman. Si se va repasando la historia de presidentes con problemas con la Justicia es enorme, pero en el Barça se llevan la palma. Y el detalle de estos días ha sido que cuando el Supremo confirma la condena de veintiún meses a Messi, se sabe que Cristiano ha defraudado más de quince millones de euros. Estos son los  auténticos yonkis del dinero. Y no tienen tratamiento ni prevención.