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Mombasa

KENIA PONE EN MARCHA SU «TREN DE LA LIBERTAD» ENTRE NAIROBI Y MOMBASA

El presidente Uhuru Kenyatta inauguró el miércoles el mayor proyecto de infraestructura acometido en Kenia desde su independencia en 1963: la línea ferroviaria que enlanza la capital, Nairobi (a 1.661 metros de altitud), con Mombasa, en la costa del océano Índico.

Tras una ceremonia con gran pompa en la ciudad portuaria, Kenyatta embarcó en un convoy del Standard Gauge Railway (SGR), con una capacidad para 1.260 pasajeros, rumbo a Nairobi. Junto a él viajaron numerosos responsables keniatas y chinos, así como 47 chavales representando a los 47 distritos en los que se divide administrativamente el país.

La nueva línea debería asentar la posición de Kenya como puerta de entrada al África Oriental. Estos 472 kilómetros de raíles, financiados y construidos principalmente por China, reemplazarán a los del “Lunatic Express”, la línea construida en tiempos de la colonia británica. Esta infraestructura dio forma a la Kenia moderna y, hasta el pasado mes de abril, fue el deleite de los turistas, pero desesperaba por su lentitud a los pasajeros habituales y a los transportistas de mercancías.

El SGR, movido por locomotoras diesel pintadas de rojo y blanco, ofrece, además, una alternativa competitiva al penoso viaje sobre una de las carreteras más peligrosas del país. Normalmente, el trayecto por carretera toma dos días para los camiones, mientras que el nuevo trayecto en tren durará cinco horas para los viajeros y ocho para las mercancías.

«Hoy celebrados una de las etapas clave de la transformación de Kenia en un país industrializado, un país próspero de renta media», declaró Kenyatta en Mombasa. El Gobierno espera que el nuevo SGR, apodado “Madaraka Express” (en suajili, “madaraka” se puede traducir por “libertad”), incremente el PIB en un 1,5% anual.

Este proyecto de 2.800 millones de euros también se ha desarrollado en la perspectiva de unir por tren a Kenia con Uganda, Ruanda, Burundi, Sudán del Sur y Etiopía. Y, pese a las numerosas controversias suscitadas –por su coste, por las acusaciones de corrupción y por las preocupaciones medioambientales–, es uno de las principales bazas utilizadas por el Ejecutivo keniano de cara a su reelección en los comicios de agosto.

«Pena de muerte»

La multitud reunida en Mombasa para ver partir el primer convoy se fundió en un clamor cuando Kenyatta comunicó que ha ordenado a los gestores del SGR fijar en 700 shillings (6 euros) el billete de ida más barato para el tramo entre esta ciudad y la capital. «Es lo mejor que le ha sucedido a nuestro país, estoy contento de haber sido testigo de esto y de participar en ello», declaró a AFP Rahab Wangui, uno de los pasajeros elegidos para subir a bordo en este viaje inaugural, un día después de la inauguración del tren de mercancías, que tuvo una ceremonia más modesta.

El martes, cuatro personas fueron arrestadas como sospechosas de un robo de material del SGR, que habría sido realizado con intención de «debilitar la línea y exponer a un gran peligro a los inocentes pasajeros», según consta en un documento judicial, a una copia del cual tuvo acceso AFP.

Kenyatta aludió el miércoles a este «sabotaje económico» y amenazó a sus autores con la condena a muerte por ahorcamiento. Aunque la pena capital está prevista el Codigo Penal, en Kenia no ha tenido lugar ninguna ejecución desde 1987.

Para otros cien años

El “Lunatic Express”, la antigua línea, fue construida a partir de 1896 por los británicos, que querían enlazar Uganda y sus riquezas con el océano Índico. Fue convertida en sinónimo de aventura en la etapa colonial, pero igualmente contribuyó a forjar la Kenia moderna. A principios del siglo XX, Nairobi no era más que un pequeño puesto de avanzada perdido en los pantanos y comenzó su irreversible desarrollo después de haber sido elegido para acoger la sede de la compañía de los ferrocarriles kenianos. Un siglo más tarde, es la capital de la primera economía del África Oriental y uno de los centro neurálgicos de la región.

«Ahora, no festejamos el Lunatic Express, sino el Madaraka Express, que va a dar forma a la historia de Kenia para los próximos cien años». Así concluyó el presidente Kenyatta su intervención.

En ese largo camino, el próximo tramo del SGR, el que debe unir la capital con Naivasha, en el Valle del Rift, ha levantado la oposición de los defensores del medio ambiente, ya que está previsto construir un puente a través del emblemático Parque Nacional de Nairobi, que tiene asignado este alto grado de protección desde el año 1946.

De nuevo, una complicada carrera electoral a la Presidencia

Esta semana ha comenzado formalmente la campaña para las elecciones presidenciales en Kenia, que se celebrarán el 8 de agosto y ambos candidatos, el actual presidente, Uhuru Kenyatta, y el aspirante por cuarta vez, Raila Odinga, hicieron llamamientos a evitar toda violencia. Un enfrentamiento político encendido podría reabrir viejas heridas y reproducir los incidentes violentos ocurridos tras las elecciones de 2007, cuando murieron más de 1.200 personas después de que Odinga convocara protestas contra el resultado de los comicios cuando las autoridades electorales paralizaron el recuento tras declarar vencedor a Mwai Kibaki.GARA