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Irak, Turquía y EEUU critican el referéndum de independencia kurdo

Irak, Turquía y EEUU coincidieron en rechazar el referéndum por la independencia que anunció el Gobierno autónomo del Kurdistán iraquí para el 25 de setiembre, una decisión que pone a prueba las alianzas de Ankara y Washington con el Gobierno autónomo kurdo.

El Gobierno iraquí rechazará cualquier movimiento unilateral por parte de las autoridades regionales de Kurdistán por su independencia. De esta forma respondió al anuncio del presidente del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, quien acordó con los dirigentes de los dos principales partidos, la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) y el Partido Democrático del Kurdistán (PDK) la celebración del referéndum para el 25 de setiembre.

«Ningún partido puede decidir solo el destino de Irak, marginado del resto de partidos. Irak es constitucionalmente un país democrático, federal, con plena soberanía. Cualquier medida de cualquier parte de Irak debe estar basada en la Constitución», estimó Bagdad.

El Kurdistán iraquí es autónomo desde la guerra de Irak de 1991 y cuenta con su propio Ejército, los peshmerga. Es una de las cuatro regiones históricas del Kurdistán junto con la región kurdo-siria (Rojava), Kurdistán norte, bajo administración turca, y la zona en el noroeste de Irán. Ankara, que combate cualquier intento de autogobierno kurdo tanto dentro como fuera de sus fronteras –interviene militarmente en Siria con ese fin– calificó de «terrible error» los planes del Kurdistán iraquí, y aseguró que la integridad territorial y la unidad política de Irak son principios fundamentales para Ankara. EEUU se sumó a este rechazo, y aun reconociendo las legítimas aspiraciones del Kurdistán iraquí, dijo apoyar un Irak federal «unificado, estable y democrático». «Hemos expresado nuestra preocupación a las autoridades de la región del Kurdistán de que la celebración en estos momentos de un referéndum, o incluso una resolución no vinculante, sería una distracción de las prioridades urgentes, que son la derrota del Estado Islámico, la estabilización, el regreso de los desplazados, la gestión de la crisis económica de la región y la resolución de las disputas políticas en la región», indicó el Departamento de Estado.