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KAMPALA

Uganda es el país que más refugiados recibió el año pasado

Uganda recibió el pasado año 532.725 nuevos refugiados, siendo el país que mayor número recibió en todo el mundo, de un total de 65,6 millones de desplazados a nivel global, informó ayer el Consejo Noruego de Refugiados. Gran parte procedía de Sudán del Sur.

Cada minuto 20 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares como consecuencia de la violencia y los conflictos pero también de la persecución y las violaciones de los Derechos Humanos durante 2016, lo que supone un total de 10,3 millones de nuevos desplazados. En total, cuando acabó 2016 había 65,6 millones de personas desplazadas a nivel mundial, 300.000 más que en 2015. De ellas, 40,3 millones son desplazados internos y 22,5 son refugiados –17,2 bajo mandato de ACNUR y 5,3 refugiados palestinos registrados por UNRWA–, a los que se suman 2,8 millones de solicitantes de asilo.

Según el Consejo Noruego de Refugiados (NRC por sus siglas en inglés), Uganda fue el país que mayor número de refugiados recibió en 2016 en el mundo, 532.725. El conflicto en Sudán del Sur obligó a 1,9 millones de personas a huir a través de la frontera, de las que cerca de la mitad se quedaron en Uganda.

Desde principios de 2017, más de 172.000 personas han huido a Uganda, pero el éxodo se aceleró en marzo, cuando el promedio de llegadas superó las 2.000 diarias. Pese a este flujo masivo e incesante de refugiados, el Gobierno ugandés no ha cerrado las fronteras en ningún momento y no se plantea hacerlo, ha afirmado el primer ministro, Ruhakana Rugunda.

El secretario general del NRC, Jan Egeland, advirtió de que «el sistema de protección de refugiados se derrumbará si no aumentamos nuestro apoyo a países como Uganda. Los países más ricos y más estables, de Europa a EEUU, hacen lo posible para mantener alejados a los refugiados y no financian adecuadamente a países acogedores».

Uganda solo recibió el 17% de la financiación necesaria para proporcionar un apoyo básico a los refugiados y las comunidades locales de acogida.

Amnistía Internacional también criticó que la falta de financiación está provocando que muchos sursudaneses no tengan acceso a servicios básicos como alimentos y agua.