Izkander FERNANDEZ
AZKENA ROCK FESTIVAL

AMORES Y SUEñOS EN UNA VASTA EXPLANADA DE ALQUITRÁN

EL AZKENA ROCK FESTIVAL (ARF) SIGUE SU CURSO LLENANDO BRILLANTES Y EMOTIVAS PÁGINAS DE ROCK ELÉCTRICO Y DIRECTO AL CORAZÓN. EN UNA JORNADA CON EL AMOR ETERNO DE LA CALIFORNIA HIPPY COMO PROTAGONISTA EL NIVEL FUE ALTO Y TREMENDAMENTE DISFRUTABLE.

Según Oscar Wilde el misterio del amor es más grande que el misterio de la muerte. Y algo vio Billy Corgan en esa frase para incluirla al principio del videoclip de “Stand Inside your Love”. En otro momento de la historia, Axl Rose añadió una pegatina a la portada de los “Use Your Illusion” en la que hacía referencia a la necesidad de acudir a los originales. El sumatorio daría como resultado que el misterio del amor por los originales es más grande que el misterio del amor o el de la muerte. Vayamos a Mendizabala. Esa maldita, extensa y horrible gris explanada de alquitrán durante 360 días del año se convierte en el teatro de los sueños de miles de seguidores de un rock añejo que sigue envejeciendo al mismo ritmo que la mayoría de sus fans. Tiempo para un nuevo sumatorio, el misterio del amor por los originales en la explanada de Mendizabala es más grande que el misterio del amor y el de la muerte juntos. Una muerte excesivamente presente en el Azkena Rock Festival en una año que Chuck Berry, Gregg Allman, Sharon Jones o Chris Cornell se nos han ido para siempre.

Por diferentes razones relacionadas con el amor por la escena local y por las cosas bien hechas y hechas desde el corazón comencé el ARF de 2017 subido a un escenario. Contemplando un Mendizabala todavía vacío y escuchando como parte activa la prueba de sonido de Fetitxe volví a revivir un puñado de sueños. Primero el de una banda que se abre camino con firmes pasos de gigante, probando ante nadie con el sueño en el horizonte de que habrá un público disfrutando de su música apenas media hora más tarde. Y lo hubo. El cuarteto de Arrigorriaga ofreció lo que ofrece siempre: trabajo, sobriedad y un potencial latente y controlado que deberán abordar con valentía de cara a su segundo trabajo discográfico. Sobre las tablas de Mendizabala, los temas de “Distantzien artean” reflejaron una formación con un universo controlado que aprovecha para vivir con intensidad y emoción en cada acorde, cada golpe de batería, cada palabra escupida en el micro. Lo mismo para The Soulbreaker Company, una de nuestras formaciones peor paradas en la relación calidad-atención recibida. Son años de excelencia difícilmente premiados por el público y la prensa y en el Azkena, su público y el que no era su público vibró.

A partir de King’s X la noche pasó a ser sobresaliente. King’s X es la típica banda con la que crecieron algunos jóvenes en los 90. Quinceañeros que crecieron pensando que solo ellos conocían a esa banda y que, años más tarde con la llegada de la red de redes, se dieron cuenta de que no estaban solos. Gran actuación de los de Springfield, Missouri, siempre con una interesante y elegante mezcla de hard rock, funk, heavy metal y melodías pop como santo y seña. Particularmente brillantes estuvieron también Cheap Trick, formación que, en menor medida, también habrá sufrido lo mismo que King’s X aunque una generación antes. No bajó el nivel con los suecos Hellsingland Underground, rock sureño parido en la gélida Suecia pero con hechuras del sur de EEUU. Una banda que en otros tiempo estaría despuntando en los medios especializados, pero que en la actual y autista escena perdida en el posmodernismo más sinsorgo difícilmente tendrá eco.

Y de una concatenación de actuaciones soberbias, al mito, al sueño, al amor hecho rock n’ roll. John Fogerty a sus 72 años es un superhéroe vivo, uno de los referentes de eso que tanto amamos y que siempre se circunscribe a la mezcla de un bajo, una guitarra, una batería y unas palabras cantadas. El show de Fogerty recordó al de The Who del año pasado. Todo lo que desprendía el escenario era bueno y bonito, cálido y repleto de cariño. Una sorpresa la respuesta de un numeroso público completamente entregado. Bailando y cantando cada tema de un repertorio mágico parte de la historia del rock por derecho propio.

Hellacopters para el fin de fiesta. Fieles representantes de una era en la que los grupos escandinavos con referencias a la high energy estadounidense dominaban el mundo. Riffs, actitud e himnos para corear con el puño en alto. Esta noche será una nueva entrega de amor y rock n’ roll con Chris Isaak, Thunder, The Cult y Union Carbide Productions como platos fuertes.