Joseba ITURRIA

PEYRAGUDES, EL FINAL EN ALTO DE UNOS PIRINEOS QUE EVITAN LOS PUERTOS MÍTICOS

El Tour afronta hoy la primera de las dos etapas de montaña de los Pirineos, que serán menos atractivos que otros años por la ausencia de los puertos míticos y porque el único final en alto será en Peyragudes y mañana la meta de Foix queda a 27 kilómetros del duro col de Péguère.

El Tour vive una edición diferente y eso se notará en unos Pirineos descafeinados con solo dos etapas. La de hoy presenta un final en una subida de solo 2,4 kilómetros, Peyragudes, tras la ascensión del Peyresourde, y la de mañana es una etapa corta de 101 kilómetros en la que hay demasiada distancia desde el último puerto para que un corredor solo se atreva a marcharse en solitario.

Además el Tour vuelve a colocar los Pirineos entre semana, con lo cual tampoco se facilita la presencia de los aficionados vascos en las etapas que quedan más cerca de Euskal Herria. Si ya desde la desaparición de Euskaltel se notó un descenso en la afluencia, con etapas como las de estos días y con unos Pirineos entre semana el Tour no pone mucho de su parte para atraer a los espectadores al borde de la carretera.

Porque falta un gran puerto al final que atraiga a los aficionados a concentrarse en él. El más largo de los Pirineos y el único de categoría especial es el Port de Balés, con 11,7 kilómetros al 7,7% de media, y queda a 36,5 de meta. La etapa sí tiene dureza para que sean pocos los que lleguen adelante porque son 214,5 kilómetros con seis ascensiones, pero después del descenso de Balès la unión entre Peyresourde (1ª, 9,7 kms. al 7,8%) y Peyragudes (2ª, 2,4 kms. al 8,4) no parece suficiente para marcar diferencias entre los primeros salvo que Froome tenga su día.

Además de estos tres puertos situados en la parte final, antes se subirán la Cote de Capvern (4ª, 7,7 kms. al 3,1% en el 64), el col de Ares (2ª, 7,4 kms. al 4,6% en el 111,5) y el col de Menté (1ª, 6,9 kms. al 8,1% en el 139,5). Después hay 20 kilómetros de descenso y llano y en el 159, en Siradan, que está a 462 metros de altitud, se empieza a subir en 25 kilómetros hasta los 1.755 de Balés y ya no habrá un kilómetro de llano porque su descenso acaba en el comienzo del Peyresourde.

Peyragudes ya acogió un final de etapa en 2012. Allí quedó en evidencia la mala relación entre Chris Froome y Bradley Wiggins porque el segundo iba líder y los responsables del Sky le ordenaron parar a Froome cuando demostraba ser el más fuerte y se marchaba por delante en persecución de Alejandro Valverde, que se metió en la escapada y logró la victoria de la etapa. Wiggins se aseguró ese día el triunfo final y se evidenció que debía ceder el testigo a Froome. Fue una etapa de mucho desgaste pese a tener solo 143,5 kilómetros, con la salida en Bagnéres de Luchon y un recorrido similar al final de hoy con las subidas de Ares, Balès, Peyresourde y Peyragudes.

Una invitación a la batalla

La etapa de mañana será diferente con solo 101 kilómetros y tres puertos de Primera, aunque el primero de Latrape con 5,6 kilómetros al 7,3% no merece esa distinción. Servirá para formar la fuga en el kilómetro 31, enseguida en el 46 se coronará el col d’Agnes con 10 kms. al 8,2%, y la dificultad más importante llegará con el Muro de Péguère, con 9,3 kms. al 7,9%, en el que la dureza está concentrada en los últimos tres kilómetros, que tienen el 13%, el 12,6% y el 11% y rampas de hasta el 18%. Los más fuertes volverán a quedar en cabeza, pero como el domingo, tendrán mucha distancia hasta la meta para que alguien en solitario pueda marcar diferencias si hay entendimiento entre los demás. El largo descenso también será una oportunidad para los que quieran arriesgar.

FROOME: «la última semana estaré en la mejor forma que jamás he tenido»

Chris Froome señaló ayer ante las dos etapas de Pirineos que «la curva ascendente que tengo desde Dauphiné va a seguir subiendo. Me siento en mejor forma cada día. Las dos últimas etapas nos hemos limitado a rodar en el pelotón y en Pirineos la montaña dictará su veredicto. Pero en el plano mental es lo que pienso. Espero que en la última semana estaré en la mejor forma que jamás he tenido hasta ahora».

Añadió que hoy «la prioridad es no permitir que nadie me quite tiempo. En la general guardo un ojo sobre Aru, que está a 18 segundos, y voy a ser prudente. En una etapa como esta es difícil retenerse, pero en mi cabeza también está la etapa de Foix de 100 kilómetros que se correrá a bloque. Aunque es más decisiva en teoría la primera, sabemos que etapas de 100 kilómetros pueden marcar grandes diferencias. Yo sigo mi camino, estoy en una buena posición».J.I.