Raimundo Fitero
DE REOJO

Clímax

Perdonen las molestias pero vamos entrando en la fase resolutiva de la programación televisiva de temporada y eso significa que sabemos los ganadores de programas isla, programas río y programas estercolero. Algunos compiten en los tres rubros a la vez. A partir de mañana vienen las sustituciones, las probaturas, los programas de piscina y griterío, los de fiestas patronales que son un infierno, los refritos, continuarán los escándalos y el entretenimiento habitual de los políticos que no están dispuestos a dejarnos tranquilos ni en esta canícula tan extravagante que estamos viviendo.

Si se fijan en los noticiarios televisivos que tienen alguna noticia de internacional que no sea de fichajes de futbolistas, carreras ciclistas o campeonatos deportivos, mientras Venezuela parece un problema interno español, Polonia no existe, y está su población siendo reprimida de una manera voraz porque lucha contra medias de recortes democráticos por un gobierno autoritario bendecido por Trump. Y si hablamos del clima, en el cono sur están alcanzando temperaturas extremas, pero de frío polar. Algo está pasando, lo sabemos todos, pero nadie está dispuesto a hacer nada.

Si sigue así el equipo directivo de la banda gubernamental, van a hacer de Puigdemont un icono catalanista, un político coherente y hasta un buen humorista. La contestación a las medidas de control presupuestario tiene su gracia. Y su fundamento: si se les pidiera a todos los gobiernos el despilfarro de dinero en asuntos que nada tenían que ver con la gobernanza sino a decisiones políticas partidistas, además de las corrupciones  en todos los lugares con boletín oficial, todos seríamos  más ricos, tendríamos mejores becas, más cuidadores en las residencias de ancianos. Lo de Catalunya todavía no ha llegado a su clímax.