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jerusalén

La tensión da paso a nuevos choques tras una trágica jornada en Palestina

La tensión aumentó ayer en Jerusa&bs;lén Este y la Cisjordania ocupada al día siguiente de que tres palestinos murieran abatidos por disparos de las fuerzas sionistas en las protestas por las medidas de seguridad adicionales en la Explanada de las Mezquitas y tres colonos fallecieran apuñalados. Otros dos jóvenes palestinos perdieron la vida ayer.

El fantasma de la intifada que el viernes resucitó en Palestina siguió durante todo el día de ayer planeando sobre ese territorio, donde se temían nuevos enfrentamientos entre manifestantes palestinos y fuerzas de seguridad israelíes, que finalmente se reprodujeron en Jerusalén Este y distintos puntos de la ocupada Cisjordania. El Ministerio de Salud palestino informó a última hora de la muerte de dos palestinos: Yusef Kashur, de 19 años, que recibió un disparo en el pecho en El-Azariyé, al este de Jerusalén, y otro joven de 18 años en Abu Dis, al estallarle el cóctel molotov que iba a lanzar.

Las protestas de la víspera contra la instalación por Israel de arcos de detección de metales en los accesos a la Explanada de las Mezquitas se saldaron con la muerte de tres palestinos por disparos de fuerzas sionistas y a última hora de la noche tres colonos israelíes fallecieron apuñalados por un palestino en Neve Tsuf, al norte de Ramallah.

El Ejército israelí irrumpió en la madrugada de ayer en la vivienda familiar del atacante, identificado como Omar al-Abed al-Jalil, de 19 años de edad, en Kubar, al oeste de Ramallah, donde arrestó a su hermano. «Buscaron armas y confiscaron dinero que iba a ser usado con propósitos terroristas», dijo la portavoz del Ejército, cuyos efectivos demolieron después la casa. Israel cerró todos los accesos a la localidad excepto para «casos humanitarios».

El incidente, como admitió previamente Al-Abed en Facebook, está relacionado con las medidas de seguridad impuestas por Israel en torno a la mezquita de Al-Aqsa el día 14 tras un atentado que se cobró la vida de dos soldados israelíes y la de los tres atacantes palestinos.

Desde entonces, los palestinos han denunciado a diario la colocación de detectores de metales negándose a atravesarlos y rezando en el exterior de la Explanada de las Mezquitas. El punto más álgido de tensión se vivió el viernes, día de oración, sagrado para los musulmanes, cuando las fuerzas de seguridad reprimieron a quienes rezaban en la calle y los enfrentamientos se extendieron por diferentes barrios de la parte de Jerusalén anexionada por Israel y localidades de la Cisjordania ocupada.

La ciudad vieja de Jerusalén y los alrededores de Al-Aqsa amanecieron ayer bajo una fuerte presencia policial y cientos de palestinos volvieron a enfrentarse a las sionistas fuerzas de seguridad allí y en Qalandia.

Suspensión de contactos

El mismo viernes, el presidente de la Autoridad Palestina (ANP), Mahmud Abbas, ordenó suspender todos los contactos, a todos los niveles, con Israel en respuesta a las nuevas restricciones de acceso impuestas en la Explanada de las Mezquitas, lugar santo para musulmanes y judíos, al tiempo que volvía a reivindicar Jerusalén como capital de Palestina. Esa decisión podría incluir la coordinación en materia de seguridad que la ANP mantiene con Israel desde los Acuerdos de Oslo.

Los choques del viernes despertaron el temor a que se intensifique la ola de violencia que sacude Israel y los territorios ocupados palestinos desde octubre de 2015 y que ha costado la vida a casi 350 personas, 287 de ellas palestinos, aunque los incidentes habían disminuido en los últimos meses.

Para Ofer Zalzberg, analista del International Crisis Group, el «error de Netanyahu fue instalar los detectores de metal sin recurrir a un interlocutor musulmán». «Es el carácter coercitivo [de la medida] más que la medida en sí misma lo que la ha hecho inaceptable para los palestinos», aseguró.

El portavoz de la OLP, Xavier Abu Eid, volvió a criticar el «silencio cómplice y declaraciones débiles» de la comunidad internacional que «alientan a este liderazgo israelí a continuar sus ejercicios de piromanía a fortalecer su colonización del territorio ocupado».