La crisis que planea en torno al presidente de EEUU, Donald Trump, por las relaciones de su equipo con Rusia se agudizó ayer después de que “The Washington Post”, citando a Inteligencia, informara de que el fiscal general, Jeff Sessions, se reu- nió dos veces con el embajador ruso en EEUU, Sergei Kislyak, en las que discutió sobre asuntos relacionados con la campaña presidencial, incluyendo cuestiones políticas importantes para Moscú, extremo que el exsenador ha negado hasta la fecha.

Kislyak, en el centro de la investigación sobre la trama rusa en las elecciones a la Casa Blanca, habría explicado a sus jefes en el Kremlin que trató con Sessions asuntos de la campaña y las posibles políticas de Trump en política exterior si ganaba las elecciones a Hillary Clinton.

En plena tormenta política por la presunta injerencia rusa elecciones, Sessions se reunió al menos dos veces –en julio y en setiembre de 2016– con Kislyak durante la campaña mientras era senador y asesor de Trump, en plena tormenta pero hasta ahora siempre ha asegurado que estos encuentros fueron en calidad de legislador.

Sessions no reveló estas reuniones durante su proceso de confirmación en el Senado, por lo que se vio obligado a apartarse de la investigación del Departamento de Justicia y el FBI sobre la presunta injerencia rusa cuando salieron a la luz en marzo. «Nunca he tenido reuniones con funcionarios rusos o intermediarios rusos sobre la campaña de Trump», dijo entonces.

El presidente destacó ayer que tiene competencia absoluta de perdón, tanto para sus familiares como para sí mismo, una vía que supuestamente estaría explorando en el marco de las investigaciones por la trama rusa, y arremetió de nuevo contra los medios por sus «filtraciones ilegales» y «noticias falsas», como la relativa a Sessions.

Los mandatarios de EEUU tienen autoridad para indultar a otros por crímenes federales, pero no está claro si pueden perdonarse a sí mismos, una opción no explícitamente prohibida en la Constitución pero que expertos creen inviable por suponer un claro conflicto de interés.