Al menos 12 personas murieron ayer en un ataque contra una iglesia en el sudeste de Nigeria, informaron fuentes hospitalarias. El ataque, en el que participaron al menos cinco hombres, según testigos, se registró a primera hora de la mañana en la iglesia San Felipe de Ozubulu, cerca de la ciudad portuaria de Onitsha.

«Por el momento tenemos doce personas muertas en la morgue y otras que reciben atención médica», dijo un responsable del hospital Nnamdi Azikiwe de Nnewi, adonde fueron trasladadas las víctimas. Varios fieles fueron heridos por bala.

El jefe de Policía del estado de Anamba, Garba Umar, indicó que el ataque fue obra de «un solo hombre. De acuerdo a los elementos de que disponemos, la persona que perpetró el ataque es un residente de la localidad», aseguró. «Lo que sabemos es que un hombre armado, vestido de negro y con una gorra cubriéndole la cabeza, entró durante el oficio de las 6.00 horas a la iglesia, se encaminó en una dirección precisa y abrió fuego. Tras disparar contra su objetivo, continuó haciéndolo, matando a varios fieles», prosiguió sin brindar un balance de víctimas. El autor del ataque se dio a la fuga.

Una discusión previa

Otras fuentes policiales indicaron que el ataque a tiros fue el resultado de una discusión entre los nigerianos de Ozubulu que vivían en el extranjero. Uno de ellos había construido la iglesia católica de San Felipe.

Chukwuma Emeka acababa de salir de la iglesia «cuando escuché disparos y gritos y gente corriendo dentro. Cuando el caos se calmó, vi a mis compañeros muertos en un charco de su propia sangre y muchos otros gritaban de dolor».