Jakes PARROU
DONOSTIA
A VISTA DE CATALEJO

Noches alegres y mañanas... donostiarras . ASTE NAGUSIA

Al especimen donostiarra lo adornan muchas virtudes, qué duda cabe. Pero entre ellas no figura la noble y protovasca costumbre de madrugar. Y en fiestas, ya ni te cuento. A esta ciudad sin par que nadie nos venga con prisas, porque los gigantes y cabezudos no salen hasta después de la siesta. Y las churrerías abren más o menos cuando en Gasteiz ya se han metido entre pecho y espalda tres marianitos, en Bilbo cuatro txakolís, en Baiona un litro de Ricard y en Iruñea tres raciones de rabas.

Y no es que ese plan nocturno mainstream de «fuegos-helados-paseíto-vamos como mucho hasta Sagues» sea algo que requiera luego encamarse doce horas; desgaste físico, el justo. Pero así semos. Cuentan que antaño hubo aquí baserritarras y arrantzales que se levantaban con el canto del gallo, pero hoy Donostia es quintaesencia del hedonismo, capital mundial del buen dormir. Un domingo cualquiera a las 9.00 de la mañana, no pisas la calle si no eres surfista, runner, barrendero o tienes chucho muy meón.

Tampoco se trata de que no haya oferta festiva para activarse pronto, eso está claro. Sin ir más lejos, ayer para las 9.30 el programa oficial proponía Itsas-Zaborra Out, oséase limpieza del fondo marino y bautizos de buceo; a las 10.00, travesía Getaria-Donostia en kayak, torneo de rugby playa y volley playa en la Zurriola; a las 10.45, travesía Nordic Walking y marcha bici-patines desde Sagues... Y sí, allí andaba toda esa gente sana que sí sabe aprovechar el día como lo hacían nuestros mayores, pero la mayoritaria fauna del haragán y la alproja locales no asomó la patita hasta bien entrado el mediodía.

Todo esto, claro, casa mal con el prototípico europeo cagaprisas. Está bien esa moda de ofertar desayunos hasta 12.00 o 12.30, pero para esa hora a estos ya les ha bajado el english breakfast hasta los pies y lo que quieren es comer. Y aquí andamos de sobremesa cuando ya te piden de cenar. ¡Que sí, joño, que allí tendréis horario de Greenwich, pero aquí manda la sirena del Guipuzcoano!