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Barcelona
EL YIHADISMO GOLPEA EN CATALUNYA

Puigdemont instó a Rajoy «hace meses» a informar a los Mossos

El mayor de los Mossos d´Esquadra, Josep Lluís Trapero, confirmó que la célula yihadista ultimaba los preparativos para atentar el mismo día o siguientes con explosivos en la capital catalana. La Policía catalana tiene que afrontar un déficit: la falta de acceso a foros internacionales de información, que anoche confirmó el president Puigdemont.

En víspera de la reunión hoy del llamado Pacto Antiyihadista, la existencia de anomalías claves en esta lucha y debidas a motivaciones políticas fue confirmada anoche por el president, Carles Puigdemont, en La Sexta. Sin ningún ánimo de entrar en polémicas y a preguntas de la entrevistadora, Puigdemont sí confirmó que «hace muchos meses» pidieron al presidente español, Mariano Rajoy, que los Mossos tuvieran acceso a los foros policiales y de investigación que disponen de información «sensible» sobre esta lacra.

Al parecer, la solución del tema quedó en manos del ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, y si bien a día de hoy existe acuerdo para ello, continúa «sin implementarse». Carles Puigdemont criticó aquí que «los tiempos son más lentos de lo que debieran ser».

Lo ocurrido con los Mossos remite a lo que ha pasado con la Ertzaintza, excluida también desde su inicio tanto de Europol como del órgano de información especializada creado por Madrid en 2014 (CITCO). Según ha puesto de relieve el PNV en la nota remitida ante la reunión de hoy, su incorporación a ambos foros fue desbloqueada en el ámbito de la negociación presupuestaria, es decir, a cambio del respaldo jelkide a los presupuestos de Mariano Rajoy.

«Inminente»

Los Mossos siguen trabajando, pese a todo. Así, ayer revelaron que los yihadistas que perpetraron los atentados de Barcelona y Cambrils (Tarragona) en los que el pasado jueves fallecieron 14 personas y un centenar largo resultaron heridas preparaban de forma «inminente», para el mismo día o siguientes, «uno o varios atentados» en la capital catalana con explosivos, para hacer «bastante más daño».

Así lo explicó el mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, en una comparecencia ante medios internacionales, junto al president de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el conseller de Interior, Joaquim Forn, y en la que detalló que la célula preparaba los atentados desde hace al menos seis meses en la casa de Alcanar (Tarragona) que saltó por los aires el miércoles por la noche, cuando manipulaban los explosivos.

El mayor no confirmó los rumores de que la Sagrada Familia podría ser uno de los objetivos de la célula yihadista. Precisamente, la basílica, diseñada por Antonio Gaudí y aún en construcción, ha sido marcada como objetivo en varios mensajes del Estado Islámico (ISIS) y fue escenario ayer de una misa en memoria de las víctimas a la que asistieron el president, su homólogo español, Mariano Rajoy, y el rey borbón Felipe VI.

«La madre de Satán»

El miércoles día 16 de agosto, pocas horas antes del brutal atropello en Las Ramblas, que mató a 13 personas e hirió a más de un centenar, una explosión tiró abajo la vivienda de Alcanar, entre cuyos escombros los Mossos encontraron más de un centenar de botellas de butano y propano, así como restos de acetileno y del explosivo TATP, utilizado habitualmente por el ISIS –que lo bautizó con el nombre de «la madre de Satán»–, además del cadáver de un presunto yihadista y restos biológicos de otro, a los que se ha sumado en las últimas horas los de un tercero. La explosión provocó heridas a uno de los ocupantes, actualmente uno de los cuatro detenidos y cuyos interrogatorios, siempre según el mando policial catalán, habrían permitido «obtener información relevante», sin olvidar el análisis «con resultados muy positivos» de las tres furgonetas que alquiló la célula –la del atentado en Barcelona y las que se localizaron en Cambrils y Vic (Barcelona)–, así como del Audi 3 con el que perpetraron el ataque de Cambrils y de una moto

La vivienda de Alcanar era, al parecer, la base de operaciones de la célula desde hace unos seis meses, cuando la ocuparon y Trapero aseguró que la Policía no recibió «ninguna llamada extraña respecto a la casa o las personas que la ocupaban». De hecho, los agentes no tenían ninguna alerta sobre los inquilinos de la vivienda de Alcanar ni sobre el imán de Ripoll (Girona) Abdelbaki Es Satty, que está desaparecido y sobre el que sospecha que pudo tener un papel clave en la célula –se sospecha ahora que sería uno de los muertos en la explosión–. Ninguno de los presuntos integrantes de la célula tenía antecedentes por «terrorismo», lo que dificultó sobremanera cualquier tipo de actuación preventiva o de inteligencia.

Sobre el imán, cuya vivienda registraron el sábado los Mossos en búsqueda de pistas y de trazas de ADN para cotejarlas con los restos humanos de una persona en Alcanar, el mayor de los Mossos aseguró que por el momento no están en condiciones de confirmar que fuera la persona que enroló a los demás miembros de la célula, aunque informó de que había tenido relación con un implicado en investigaciones sobre los atentados de Madrid del 11-M.

Trapero insistió en que siguen buscando a tres sospechosos, aunque añadió que es probable que dos de ellos estén muertos, precisamente en la explosión de Alcanar. «Una persona es quien nos falta», señaló.

Aunque el mayor se negó a confirmarlo en espera de identificar esos restos humanos, todo apunta a que se trataría de Younes Abouyaaqoub, a quien fuentes de la investigación identifican como el que, conduciendo una furgoneta, perpetró la masacre en Las Ramblas.