Ion SALGADO
BARCELONA

Una lección de resistencia ciudadana junto a la sede de la CUP

Miles de personas se concentraron ayer frente a la sede de la CUP para impedir el acceso de la Policía española, que se presentó en la calle Casp con intención de acceder a su interior sin orden de registro. Se trata de un nuevo paso más en la escalada represiva puesta en marcha por el Estado en contra del referéndum del 1-O.

Al mediodía, mientras la Guardia Civil detenía a catorce personas y registraba los edificios del Govern, agentes de la Policía española acudían a la calle Casp con un objetivo: entrar en la sede de la CUP. Querían dar un paso más en dinámica represiva, accediendo a la sede de una fuerza política, pero no lo consiguieron.

Las noticias sobre el operativo corrieron como la pólvora en las redes sociales, y en pocos minutos comenzaron a llegar a la calle Casp cientos de ciudadanos, muchos de ellos jóvenes universitarios, dispuestos a evitar la entrada de la Policía española.

En un primer momento, los agentes se acercaron hasta la puerta, pero retrocedieron ante la presión popular. Los policías, que no tenían una orden de registro, se quedaron en los dos extremos de la calle, pelotero en mano. Y los presentes comenzaron a prepararse para resistir de manera pacífica, tal como pidieron en diferentes ocasiones los integrantes de la CUP, quienes empezaron a repartir los carteles en apoyo al referéndum entre las personas congregadas frente a la sede.

Muro popular

Poco a poco se fue formando un muro popular que no paró de crecer. A primera hora de la tarde, había miles personas, que llenaban la calle, de un extremo de la manzana al otro. Los cargos de la CUP tomaron el micro en un par de ocasiones para dirigirse a los presentes, a los que les pidieron que no cayeran en las provocaciones de los agentes. Asimismo, alertaron de la presencia de policías infiltrados entre los presentes.

Las horas pasaban entre cánticos, entonados cada vez por más gente. Muchas personas se quedaron fuera del tramo acotado por los agentes, ya que no cabía un alfiler. Así, a media tarde eran las personas congregadas en defensa de la CUP quienes rodeaban a los policías españoles. Entre los presentes en la calle Casp había rostros conocidos de la política catalana, como Xavier Trias (PDeCAT) o Alfred Bosch (ERC). Y también estaba el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz.

Todos arroparon a los miembros de la CUP, que desconocían a qué obedecía la presencia de la Policía española. La parlamentaria Mireia Vehí explicó a GARA que los agentes no querían explicar los motivos por los que habían ido allí. Desconocían si querían requisar los carteles y el material en apoyo al referéndum del 1-O o tenían otras intenciones.

A las 19.00 hicieron aparición dos Mossos d'Esquadra, que estuvieron hablando con los policías españoles. Minutos después, otros dos mossos hablaron con integrantes de la CUP. No está claro cual fue el papel de la Policía autonómica, pero dio resultados, porque a las 20.00 los antidisturbios subieron en las furgonetas y abandonaron la zona.

Los furgones se marcharon entre gritos, y los policías dispararon alguna que otra salva, sin que se produjeran cargas. Ya sin los agentes en la zona, comenzaron a ondear las esteladas y la gente celebró esta pequeña victoria.