Maite UBIRIA BEAUMONT
MOVILIZACIONES CONTRA LA REFORMA LABORAL XXL

LA PROTESTA CONTRA EL MACRONAZO LIBERA PEAJES Y DESBORDA FRONTERAS

EL MOVIMIENTO CONTRA LA REFORMA LABORAL TALLA XXL QUE APROBARÁ HOY EL GOBIERNO FRANCÉS MARCÓ SU SEGUNDA MUESCA DESLOCALIZANDO LA PROTESTA DE BAIONA A HENDAIA. LA JORNADA ARRANCÓ CON UN PEAJE LIBERADO EN BIRIATU Y CONCLUYÓ EN FICOBA, CONVERTIDA EN FERIA DE LUCHAS SIN FRONTERAS.

«Adelante, no se detenga, no hay peaje, hoy paga Macron». Repartidos ante las distintas cabinas de pago, unas cerradas y otras con las barreras levantadas, los sindicalistas de LAB y los militantes de otras organizaciones integradas en el Frente Social liberaron por una hora el peaje de la A63, en Biriatu.

La acción fue acogida con sorpresa y, en no pocos casos, con alegría por los automovilistas que circulaban, pasadas las 10.30 de la mañana, por el paso labortano en dirección a Irun.

«Nos vais a librar de la reforma de Macron y, además, de pagar el peaje», bromeaba Jean, recogiendo con una sonrisa el panfleto que le ofrecía una veterana de Solidaires, sindicato que, al igual que Sud, apoyó la iniciativa de LAB de aplicar esa «fluidez» que Macron aspira a aportar al mercado de trabajo –diluyendo, de paso, derechos conquistados tras largas luchas– al tráfico en la autopista. Ante los micrófonos de los numerosos medios de comunicación desplazados a cubrir la primera acción de la segunda jornada de huelga y movilización contra el «macronazo», Eñaut Aramendi remarcaba que «si a Macron no le gusta, como dice, que andemos en las calles, que sepa que, hasta que aborde un diálogo y dé marcha atrás con una ley que borra nuestros derechos, nos tendrá movilizados».

A su lado, otros afiliados de LAB sostenían la pancarta que declaraba a Euskal Herria «territorio libre de la Ley Macron».

Desde la zona industrial

Mientras el medio centenar de personas que secundó la protesta en Biriatu abandonaba el peaje cumplido el objetivo de «hacer fluir» la información sobre los recortes que la reforma XXL implicará en materia de derechos laborales, en la cafetería Sukaldea, en Joncaux, las dos camareras no daban abasto. A sus puertas, café o cerveza en mano, muchos esperaban la segunda entrega de una jornada de movilización rica en matices.

Unos metros más allá, representantes de CGT, FSU y Solidaires desplegaban la pancarta de cabeza con el lema «No a la austeridad, por el empleo, los salarios, los servicios públicos y la protección social».

La marcha dejaba atrás la zona industrial poco antes del mediodía. En las primeras filas, trabajadores de instituciones locales, obreros de Turbomeca y de Dassault o empleadas del Hôpital Marin que recordaban que la nueva reforma laboral se solapará a la «pérdida de efectivos» en este servicio dedicado a la asistencia a personas con minusvalías.

Para Aitor Servier, portavoz de Aitzina, la presencia de los jóvenes, «que pagamos el coste de la precariedad y falta de derechos que se va a acrecentar con esta ley», es clave en esta fase de reactivación social.

Otro segmento de edad, pero una lectura cercana: la de Cristina, militante de Solidaires para quien «hay que actuar contra la macronización porque sus efectos nos perjudican a todos».

Ambos participaron en la acción de Biriatu y, como el resto, se sumaron luego a la manifestación que recorrió el centro de Hendaia y acabó en Irun. Lo hicieron en el cortejo del Frente Social, que con banderola propia y entre gritos de «Macron kasu, alferrak dira kexu», respondía con humor a las muestras de desprecio con las que el novel presidente galo ha tratado, sin éxito, de enfriar la calle.

Puente de santiago

La manifestación, que congregó a unas 1.500 personas –la mitad de las que salieron a la calle hace una semana en Baiona– se cruzó en el Puente de Santiago con un acto minimalista del CFDT, sindicato que ha pactado la reforma con Macron. Ya en Ficoba, una nutrida representación de LAB, con su secretaria general, Garbiñe Aranburu, al frente, daba la bienvenida a los marchistas venidos de Hendaia.

En la traca final –los cegetistas no se privaron de encender bombas de humo–, Aranburu denostaba las reformas de París y Madrid, y abogaba por un marco vasco. Superando, como lo hizo ayer la protesta social, los peajes y las fronteras.