David MESEGUER
Suleimaniya

«VIVÍ EN LA REPÚBLICA DE MAHABAD Y SUEñO CON UN KURDISTÁN INDEPENDIENTE»

Aprovechando la inestabilidad en la región tras la Segunda Guerra Mundial, los kurdos proclamaron la República de Mahabad en Irán en 1946. A pocas horas del referéndum, un veterano y un historiador explican cómo fue vivir en aquella suerte de Estado kurdo independiente que sólo duró once meses.

En el barrio de Saladino, en Suleimaniya, todo el mundo sabe dónde está la casa de Haji Abdulah. Su historia personal es bien conocida por unos vecinos que se refieren a él con admiración y respeto. A pesar del bochorno y de su delicado estado de salud, Haji espera en el portal de su casa cobijado bajo la sombra que proyecta un gran generador de electricidad. Faltan pocas horas para el referéndum de independencia en Kurdistán Sur y las visitas no han cesado en los últimos días.

«Viví en la República de Mahabad y ahora sueño de nuevo con un Kurdistán independiente», asegura este anciano de 89 años oriundo de Suleimaniya. Su frágil estado físico contrasta con la clarividencia con que recuerda el momento en que los kurdos gozaron por primera vez de una suerte de Estado propio. «Tenía 16 años y estaba haciendo el servicio militar en Bagdad. Tres amigos y yo nos enteramos de lo que estaba sucediendo en Mahabad y no dudamos en ir hacia allá», rememora este anciano procedente de una estirpe dedicada al comercio de tabaco.

En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, fuerzas soviéticas y británicas ocuparon Irán a finales de agosto de 1941 con el pretexto de la supuesta simpatía del sha Reza Pahlavi con la Alemania nazi. La parte norte de Irán quedó bajó ocupación militar de Moscú a pesar de que la Administración iraní prosiguió con su actividad en la región. El nacionalismo kurdo aprovechó esta situación de inestabilidad en Kurdistán Este para hacerse con el control de la ciudad de Mahabad y los territorios colindantes.

Un sueño de once meses

Si bien el Ejército Rojo no mantenía efectivos en Mahabad, la URSS favoreció que la Administración kurda dirigida por Qazi Muhammad gobernase la región de forma efectiva durante casi cinco años, manteniendo alejadas a las tropas iraníes. Un lustro de autogobierno que en su último año vivió uno de los momentos más importantes en la reciente historia del pueblo kurdo: la proclamación oficial, el 22 de enero de 1946, de la República de Kurdistán de Mahabad.

«Fue un periodo muy breve, pero sirvió para demostrar lo que los kurdos eran capaces de hacer», explica Aram Alí, profesor de Historia en la Universidad de Suleimaniya. «La lucha por una sociedad igualitaria, el ensalzamiento de la cultura kurda, el empoderamiento de la mujer o la enseñanza del kurdo en las escuelas son políticas que tienen su origen en esta república independiente», dice Alí, que se doctoró en Rusia con una tesis sobre las relaciones entre kurdos y rusos.

«En Mahabad, todo el mundo estaba contento, era el paraíso, nadie quería que aquello acabara», recuerda Haji Abdulah desde el salón de su casa. «Pese a mi juventud, una de las tareas que se me encomendó fue enseñar el kurdo en la escuela», señala este veterano casi nonagenario.

La escalada de la tensión entre EEUU y la URSS tras la Segunda Guerra Mundial provocó que Moscú se retirara de las zonas que ocupaba en Irán y dejase a los kurdos de Mahabad abandonados a su suerte. «Los kurdos no tenían un Ejército regular potente y, por eso, líderes tribales del sur como Mustafá Barzani fueron con sus hombres a defender la república», apunta Aram Alí. Ante la superioridad militar iraní, el líder kurdo Qazi Muhammad se entregó a las autoridades de Teherán –luego sería ahorcado– y algunos combatientes liderados por Mustafá Barzani encontraron cobijo en territorio soviético.

«Aunque el sueño de un Kurdistán independiente acabó el 15 de diciembre de 1947 quedó un fuerte poso de sentimiento pankurdo», señala el profesor. «Gracias a Mahabad los kurdos empezaron a tomar conciencia política de la importancia de luchar por sus derechos. Fuerzas como el Partido Democrático de Kurdistán (PDK) de Mustafá Barzani se gestaron en aquella época, dejando de lado la cuestión puramente tribal», explica Aram Alí.

Una segunda oportunidad

«Los soviéticos nos abandonaron en Mahabad y ahora temo que EEUU pueda hacer lo mismo», comenta Haji Abdulah en relación a las presiones y amenazas que está recibiendo en los últimos días el Gobierno autónomo kurdo para que cancele el referéndum. «Como ha pasado siempre, esto demuestra que no tenemos amigos verdaderos, sino potencias que nos apoyan por puro interés», recalca enfadado.

«El referéndum es un momento histórico. Honestamente pensaba que no podría volver a vivir algo como lo que viví hace más de 70 años en Mahabad», explica mientras se dirige con suma dificultad hacia una habitación donde hay un gran póster con el árbol genealógico de su familia pintado. Entre decenas de fotos de carnet, señala el retrato de cuando era joven y su línea sucesoria. «Los kurdos tenemos una historia de desunión. Ahora es el momento de revertirlo. El momento lo merece», concluye Haji Abdulah, quien sueña con ver un Kurdistán independiente antes de fallecer.

barzani pospone su comparecencia entre presiones

El presidente de la región autónoma del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, pospuso hasta hoy su comparecencia sobre el referéndum de independencia que debe celebrarse mañana, en medio de presiones para que lo posponga, con el argumento de que afectará a la campaña contra el ISIS en los límites de la región. En un acto electoral en Erbil, Barzani dijo el viernes que es «demasiado tarde» para escuchar alternativas y que se sentará a negociar con Bagdad después del 25 de setiembre, pero la propia Presidencia informó ayer de que una delegación kurda acudió a Bagdad para negociar.

Por otro lado, el Parlamento de Turquía renovó una moción que permite al Ejército intervenir en Irak y Siria para «proteger» su integridad territorial, en una clara advertencia a Erbil. El primer ministro turco, Binali Yildrim, amenazó con una respuesta tanto en el plano «económico» como de la «seguridad».GARA