Bajan revueltas las aguas por la Ría. «Tampoco el técnico sale bien librado del desastre. Su responsabilidad empieza en la alineación y sigue por la gestión del partido y del resultado. Se podrá discutir sobre si debió jugar este o aquel, pero el máximo responsable de un equipo que es incapaz de cerrar un partido como el de Málaga está bajo sospecha (…) Ante diez cadáveres que deambulaban por el césped los rojiblancos se fueron del partido de una forma tan lamentable que obliga a cuestionarse muchas cosas». Lo digería como podía Juan Carlos Latxaga, alguien que siguió al pie de cañón al Athletic durante muchos años y hoy en sus crónicas pospartido en su blog esta vez no pudo poner paños calientes a lo vivido el sábado.

El periodista Beñat Zarrabeitia es otra de esas voces de referencia cuando de opinar de la actualidad rojiblanca se trata. «Resultado y partido de los que hacen mucho daño», sintetizaba el mismo día del encuentro, muy descontento y crítico con el juego de los leones. Y apuntaba un par de sugerencias. Una, que «hay jugadores que llevan 200, 300 o 400 partidos por algo, los jóvenes deben de tener su oportunidad siempre pero también saber aprovecharla»; y la otra, «Ziganda tiene a jugadores contrastados que están jugando poco como Etxeita, Bóveda o Rico, podrían entrar algo más en el equipo».

Son solo dos ejemplos de los muchos que se pueden leer o escuchar esta semana respecto a la imagen que el equipo traslada. Sobre todo porque casi nadie es capaz de rescatar elementos positivos del juego rojiblanco, más allá del momento de Muniain o las paradas de Kepa. Ni la defensa convence, ni la medular y sus cambios funcionan, ni Raúl García es el que solía ser, ni el banquillo aporta soluciones... A Kuko Ziganda y a sus jugadores les toca retirarse al rincón de pensar. Pensar a qué quiere jugar este plantel, olvidarse de ese «cosquilleo» que quería generar en la grada y maldito el día que lo dijo el técnico navarro, y decidir si se apuesta por un planteamiento como el que conocíamos, aquello del protagonismo más o menos fiel, o apostar por un fútbol más conservador, menos expuesto. Entrenador y jugadores necesitan pararse en el centro del campo, subirse al balón y otear hacia dónde quieren ir. Ya. Y como cantaba Billie Joe, «Wake me up when september ends», despiértame cuando setiembre termine.

La Liga aclara que el club no tiene ningún problema con el límite salarial

Después de tantos ríos de tinta y horas de radio consumidas, resulta que lo del tope salarial de la Liga de Fútbol Profesional al Athletic se queda en agua de borrajas. Un límite que la propia LFP aclaró ayer se puede alterar, máxime una entidad como la bilbaina que va a presentar unos números en positivo muy sustanciosos. Es decir, que el club decide los parámetros en los que moverse a la hora de gastar en sueldos. Unas aclaraciones que a buen seguro saldrán a la palestra en la Asamblea General del próximo día 4, sobre todo tras la incertidumbre que ha generado este tema en los días previos. El club dispondrá esta temporada de 68,576 millones de euros en sueldos, cifra que no habrá problema en superar si de ello se deriva la negociación en la renovación de Kepa. Y es que realmente la preocupación surgida y ahora aclarada tiene que ver con las negociaciones entre Ibaigane y guardameta, que siguen demorándose más de la cuenta y que en nada beneficia a la Junta Directiva llegar a la Asamblea con este ‘fleco’ por resolver. Un acuerdo que puede cerrarse en unos 3 millones de euros anuales para el de Ondarroa, situándose entre los mejor pagados de la plantilla. ¿Estará al caer? J.V.