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Rusia aprovecha la crisis petrolera para congeniar con Arabia Saudí

El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que espera un nuevo impulso en las relaciones con Arabia Saudí, al recibir ayer al rey Salman bin Abdulaziz al-Saud en la primera visita de un monarca saudí a Rusia.

Pospuesto en numerosas ocasiones, este primer encuentro confirma el acercamiento de Moscú y Riad, tradicional aliado de Washington e históricamente hostil a Rusia. El acercamiento se ha visto favorecido por el papel ruso en el acuerdo entre los grandes productores de petróleo que ha permitido parar el desplome de los precios que ha golpeado las economías de ambos países.

Putin calificó la visita como un «acontecimiento emblemático». «Estamos felices de estar en su amistoso país y aspiramos a reforzar nuestras relaciones bilaterales en el interés de la paz, la seguridad y el desarrollo de la economía mundial», indicó, por su parte, el monarca.

La URSS fue el primer Estado que reconoció a Arabia Saudí en 1926, pero ningún líder de esta petromonarquía visitó la URSS o Rusia y, la primera vez que lo hizo Putin fue en 2007.

«Todo cambia», dijo Putin al ser preguntado por la profunda relación que Riad mantiene con Washington, mientras las autoridades saudíes comentaron que «unas relaciones estrechas con Estados Unidos, China y Rusia no son autoexcluyentes». Con el Kremlin convertido en árbitro clave en Oriente Medio –Moscú ha acogido en los últimos tiempos a los líderes saudí, israelí, iraní, turco y palestino– Putin y el monarca se enfrascaron en abordar las crisis de Siria, Irak, Libia y Yemen, además del conflicto palestino.

La mayor discrepancia es Irán, rival de Arabia Saudí, y al que Moscú defiende tanto en el derecho a desplegar tropas en la zona como su participación en las negociaciones de Ginebra sobre Siria. El monarca pidió a Putin que frene la creciente influencia iraní en la región.

Compra de armamento

La mejora de la relación se plasmó en el anunció del Kremlin de que Riad destinará mil millones de dólares a proyectos energéticos conjuntos. Además, ambas partes firmaron un acuerdo preliminar para la compra de sistemas rusos de defensa antiárea 2.400, así como a su producción en el reino saudí.

El acuerdo incluye además la compra de sistemas antitanques Kornet-EM, lanzacohetes TOS-1A, lanzagranadas AGS-30 y fusiles de asalto Kalashnikov AK-103, según la Saudi Arabian Military Industries (SAMI).