Maitane ALDANONDO
Erandio

MICOLET, UNA PLATAFORMA PARA VENDER Y REUTILIZAR ROPA USADA

Tres socios de un negocio digital se lanzaron al mundo de la moda con una plataforma para la compraventa de ropa de segunda mano. Con miles de prendas a la venta y una creciente comunidad de usuarios, han iniciado un proceso de internacionalización.

Estar a la moda y conocer las últimas tendencias es indispensable para una influencer de moda. Sin embargo, si no dispone de un amplio vestidor, guardar la ropa puede ser un problema y venderla, una solución. Precisamente, ese es el origen de la plataforma de venta online Micolet, una tienda de ropa y complementos de segunda mano de mujer radicada en Erandio. Uno de sus tres socios decidió ponerla en marcha para que su novia blogger pudiera vender las prendas que acumulaba. «Siempre estaba con que las iba a vender en los portales típicos, pero nunca lo hacía porque no tenía tiempo para hacer las fotos, regatear. Su novio dijo que le haría una página para venderla y se encargaría de toda la gestión», recuerda Aritza Loroño. A la percepción de que hay gente que necesita vender su ropa, pero no dispone de tiempo se le sumó la preocupación por el medioambiente del tercer socio, interesado en la reutilización; y de esa unión surgió la empresa.

Fijaron como objetivo para lanzar la web tener 1.000 prendas que vender. «Estuvimos molestando a nuestras amas, hermanas, novias, vecinas… a todo el que estaba a nuestro lado le decíamos que nos diese ropa para ponerla a la venta», recuerda Loroño. Al principio realizaban el proceso de forma manual: hacer fotos, subirlas a la web, crear la propia página… «era todo muy lento. Creo que el verano de 2014 prácticamente me lo pase haciendo fotos, retocándolas… Para procesar mil prendas, que ahora las hacemos en un día, estuvimos meses».

Los tres socios comparten responsabilidad en otro negocio digital, por lo que iniciaron este nuevo proyecto con recursos propios e invirtiendo el tiempo que su trabajo les permitía. A mediados de enero de 2015 decidieron constituir la sociedad limitada y Loroño empezó a dedicarse en exclusiva al nuevo proyecto. Ofrecen a consumidores finales la posibilidad de vender ropa usada en buen estado, casi nueva o sin estrenar, y la venden a través del portal www.micolet.com.

La actividad se ha ido asentando poco a poco. Cerca de completar tres años desde su llegada al mercado cuenta con una plantilla de diecisiete trabajadores, cerca de 100.000 artículos y 500.000 usuarios. La recurrencia tanto en compra como en venta es «enorme» y perciben que «curiosamente» venden más en zonas como Galicia o Asturias. El pasado agosto abordaron la internacionalización del negocio llegando al Estado francés. Su intención es seguir creciendo en ambos mercados y abrirse a otros tres países en 2018, aunque Loroño advierte «es un proyecto y supongo que acabarán siendo dos».

El sentido común como criterio

Las personas interesadas en vender sus prendas solo tienen que entrar en la web, indicar la dirección para la recogida y poner las prendas en una caja o bolsa. El transportista la recoge y ellos se encargan tanto de seleccionarlas como de valorarlas. El número mínimo de prendas por envío es de 20 y el máximo de 500. El responsable señala que «el criterio es escoger lo que tú te comprarías. Es un poco subjetivo, pero de sentido común».

En principio, admiten prendas de prácticamente todas las marcas de las tres últimas temporadas, «aunque hay cosas que pese a tener diez años son actuales y las vamos a aceptar». Tras valorar las prendas el dueño puede aceptar o rechazar las propuesta. Si no está de acuerdo o si alguna prenda ha sido descartada, puede pedir que se las devuelvan o donarlas a una ONG.

Desde la recogida hasta la puesta en venta transcurren de dos a tres semanas. Los descuentos suelen ser de entorno al 70%-80%. Pasados dos meses desde la publicación de la prenda y periódicamente, ajustan el precio reduciéndolo hasta un máximo de un 30% del marcado inicialmente. No obstante, la mayoría de la ropa se vende en tres-cuatro meses, y en un año, más del 97%. Una de sus particularidades es que toda la ropa está en consigna y el propietario puede recuperarla en cualquier momento.

El negocio se basa en un modelo de win-win. «El vendedor y nosotros estamos unidos en el objetivo de vender la prenda lo más cara posible, que es la diferencia con otras webs de compraventa de ropa. Cuando la compran intenta que sea lo más barata posible y al venderla, lo más cara», explica Loroño. Cobran 1,5€ fijos por prenda y el 25% del precio de venta, una vez esta se lleva a cabo. Dado que su margen en las prendas más comunes se reduce a céntimos, requieren de un gran volumen de ventas para cubrir sus gastos fijos. Los datos hasta el momento son positivos, por lo que calculan que acabarán el año con una facturación de entorno a 1,5 millones de euros.