Al menos cuatro niños y un adulto murieron ayer por un disparo de obús del régimen sirio en una escuela en la ciudad de Yisrin, en Guta Oriental, región rebelde al este de Damasco asediada por las tropas de Bashar al-Assad. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) aseguró que el obús «golpeó la escuela en el momento en que los niños salían del centro», matando a cuatro colegiales.

Un fotógrafo de AFP vio los cuerpos de al menos cuatro niños, con sus carteras escolares y un pequeño zapato cubierto de sangre. Un hombre lloraba ante los cuerpos de dos menores envueltos en mortajas blancas, con los rostros marcados por heridas, mientras otros niños, heridos en la cabeza o las piernas, permanecían sentados y aturdidos, en camas del hospital. Guta Oriental es uno de los últimos feudos de la rebelión siria. Desde hace una semana se ha registrado en este sector un recrudecimiento de los bombardeos del régimen.

Además de Yisrin, los bombardeos también golpearon la localidad de Mesraba, más al norte, matando a tres civiles, entre ellos un niño, según el OSDH.

Más de 400.000 personas viven en la Guta Oriental, donde la ayuda humanitaria llega con cuentagotas debido al asedio del Ejército y se producen casos de desnutrición.

Por otra parte, en la séptima ronda de negociaciones de Astaná, el Gobierno y la oposición sirias no llegaron a ningún acuerdo para el canje de prisioneros de guerra, el acceso ininterrumpido de ayuda humanitaria a las zonas sometidas a bloqueo, la retirada de minas o un posible alto el fuego en todo el territorio sirio.