GARA
sana’a

Los yemeníes luchan bajo el bloqueo saudí contra el hambre

La población yemení se enfrenta a la malnutrición generalizada que ha puesto en riesgo de hambruna a siete millones de personas, a consecuencia del bloqueo que Arabia Saudí y sus aliados han impuesto al país. La falta de alimentos, medicamentos y combustible amenaza con consecuencias catastróficas.

Una niña se contorsiona de dolor en su cama del hospital en Sana’a, con los ojos llenos de lágrimas y un tubo en la nariz. En el pasillo, el doctor Mohamed al-Ayzari, de pie, con el rostro demacrado por el agotamiento lamenta que «los casos de malnutrición nunca han sido tan numerosos» y «hay una grave escasez de medicamentos y de instrumentos médicos».

Las imágenes de niños yemeníes malnutridos han reflejado las privaciones provocadas por la guerra, que han colocado a siete millones de yemeníes al borde de la hambruna, mientras 21 millones precisan ayuda y la escasez ha provocado una epidemia de cólera que afecta a cerca de 900.000 personas.

Desde marzo de 2015 la coalición militar que dirige Arabia Saudí intervino en la guerra para apoyar al presidente frente a los rebeldes hutíes, que tomaron buena parte del territorio, incluida la capital. Ryad impuso entonces un bloqueo que ha hundido en la miseria y la enfermedad al país.

La decisión saudí de reforzar el bloqueo aéreo, marítimo y terrestre después del lanzamiento de un misil hacia Ryad el 4 de noviembre, disparó los precios de los productos de consumo y agravó el riesgo de hambruna.

Los precios del carburante han aumentado casi un 66% desde el comienzo del bloqueo; el del agua, suministrada por un camión, un 133% y el billete de autobús se ha triplicado, según la oficina de asuntos humanitarios de la ONU.

Un habitante de la capital, Amine Mohamed, deja estallar su cólera: «La gente muere en sus casas por la escasez. ¿Por qué asedian Yemen? ¿Qué quieren conseguir?».

Ante los vendedores ambulantes, Amer Ali, un funcionario, expresa la misma desesperación al señalar que «el aumento de los precios de los carburantes ha disparado los precios de los alimentos y la clase media no puede sobrevivir». Más de dos años y medio después de que Ryad interviniera en Yemen, miles de personas han muerto en la guerra, pero los saudíes no han conseguido acabar con los hutíes, que siguen controlando la capital y una gran parte del norte del país. El secretario general adjunto de la comisión de Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, advirtió el sábado del riesgo de que se produzca la mayor hambruna de las últimas décadas, con millones de víctimas si Ryad no levanta el bloqueo.

El lunes, el embajador saudí en la ONU, Abdalah al-Muallimi, intentó calmar las críticas y anunció la reapertura que los puertos de zonas controladas por el Gobierno. Pero Ryad insiste en mantener el bloqueo de los puertos en manos hutíes, bajo la sospecha de recibir armas.

Además, un ataque aéreo saudí destruyó el sistema de navegación del aeropuerto de Sana’a, lo que impide la llegada de ayuda.

La ONU demanda un acceso total a los puertos y aeropuertos del país, que importa el 90% de su alimentos, y cree que el puerto de Adén, controlado por el Gobierno, no puede asegurar un flujo continuo de la ayuda destinada a millones de personas. El de Hodeida, en manos rebeldes, es el más cercano a la mayoría de las personas con necesidad de ayuda.

La OMS planea esta semana una campaña de vacunación para niños, pero no hay ni una dosis de la vacuna contra el tétanos y la difteria en todo el país y solo hay 20 kits para tratar traumatismos.

Barcos de Unicef y de la OMS esperan bloqueados en Yibuti con suministros médicos y vacunas, según la ONU, que advierte de que las reservas comerciales de trigo solo alcanzan para tres meses para los 28 millones de habitantes del país y el arroz solo durará 120 días.