Alberto PRADILLA
tegucigalpa

Temor a la violencia y denuncia de fraude en los comicios de Honduras

La Alianza de Oposición contra la Dictadura denuncia que el presidente, Juan Orlando Hernández, prepara un fraude para hoy. La propia reelección viola la Constitución, que no permite que un jefe de Gobierno pueda repetir en el cargo. Honduras vive en un clima de violencia política y represión desde el golpe de Estado que depuso a José Manuel Zelaya en 2009.

«El fraude está en marcha». José Manuel Zelaya, expresidente de Honduras depuesto en 2009 por un golpe de Estado, expresa el principal temor de los partidarios de la Alianza de Oposición contra la Dictadura: que el actual jefe de Gobierno tenga ya preparada la manipulación de los comicios. Hoy, Salvador Nasralla, candidato de la coalición entre Libre y el Partido Innovación y Unidad-Social Demócrata se enfrenta a Juan Orlando Hernández, cabeza de lista del Partido Nacional. Los comicios vienen marcados por acusaciones de fraude, militarización y violencia. En Honduras, uno de los países con mayor tasa de homicidios del mundo, la tasa de homicidios se situó en 2016 en 51,9 por cada 100.000 habitantes.

En estas elecciones apenas se ha hablado de programa, pese a que confrontan dos modelos (casi) antagónicos en un escenario convertido en laboratorio de la ofensiva conservadora desde el golpe de 2009. Por un lado, el Partido Nacional, neoliberal y fiel aliado de EEUU, que se presenta como garante de la «seguridad», un concepto utilizado para recortar derechos civiles. Sus grandes apuestas: sacar a la calle a los militares y construir «pozos», prisiones de máxima seguridad donde se aísla a los pandilleros de Barrio 18 y Mara Salvatrucha. Por otro, la Alianza contra la Dictadura, cuyo discurso se centra en cantar fraude y denunciar el modelo clientelar y corrupto del Partido Nacional, presentando como alternativa una Asamblea Constituyente que restituya la legalidad rota por el Ejército hace ocho años.

Una de las grandes paradojas de esta cita es que Hernández aspira a la reelección aunque lo prohíbe la Constitución. La acusación de que Zelaya quería «perpetuarse en el poder» fue suficiente para que los militares lo depusieran en 2009.

«El presidente está haciendo las cosas bien en seguridad y en programas (asistenciales)». Fernando Joel, de 22 años, trabaja para su partido. Por mantener una pequeña carpa oficialista en la colonia Quesada, en Tegucigalpa, cobra 4.000 lempiras (142 euros). Como él, miles de personas trabajan en la estructura de la formación derechista por un sueldo menor al salario mínimo (8.000 lempiras) y la amenaza de que si Hernández pierde, se quedan sin empleo.

«Juan Orlando va a anunciar su triunfo a las ocho. Luego sacará al Ejército para detener opositores», denuncia Mario Sorto, diputado por Libre y aspirante a la reelección. Asegura que su formación está preparada para salir a la calle en caso de que los resultados oficiales no concuerden con lo que recojan sus militantes en las actas.

Esta semana han matado a tres miembros de Libre, otro de la Alianza contra la Dictadura y una activista del Partido Liberal.