El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó ayer que el giro de Estados Unidos al reconocer Jerusalén como capital de Israel es simplemente asentar una realidad de hecho, y si los palestinos lo asumieran se avanzaría en el proceso de paz.

«Es nuestra capital y nunca ha sido la capital de otro pueblo. Cuanto antes acepten esa realidad, antes habrá paz», sostuvo tras entrevistarse con el presidente francés, Emmanuel Macron, durante más de dos horas y media en el Palacio del Elíseo, quien le expresó su apoyo y negó un «doble rasero» de la UE frente a Israel.

Condenó «con la mayor claridad todas las formas de ataques de los últimos días y de las últimas horas», así como «todo lo que amenaza la seguridad de Israel que es un país amigo».

Pidió a Netanyahu «gestos valientes» como «la congelación de la descolonización y medidas de confianza hacia la Autoridad Palestina».

El dirigente israelí se quejó de los posicionamientos de organismos internacionales como la Unesco frente a la capitalidad de Jerusalén. Ante las críticas que está recibiendo en el plano político, especialmente del residente turco, Recep Tayyip Erdogan, Netanyahu le recriminó los bombardeos contra los kurdos.

«A mí no me va a dar lecciones de moralidad alguien que está bombardeando a la población kurda dentro de su propio país, que ayuda a Irán y que contribuye al terrorismo de Hamas en Gaza. Este no es el hombre que va a darme a mí lecciones de moralidad», destacó.

Erdogan prometió ayer que empleará «todos los medios al alcance» para repudiar la decisión de Estados Unidos y que no dejará que la ciudad santa quede «a merced del Estado terrorista israelí». «Palestina es una víctima inocente... mientras que Israel es un Estado terrorista. Sí. ¡Terrorista!», proclamó.

Netanyahu también arremetió contra Irán, país al que acusó de intentar crear bases militares en territorio sirio «con el objetivo expreso de destruir Israel» y establecer misiles en el Líbano que también «son una gran amenaza» para su país.

La Casa Blanca sobre Abbas

La Casa Blanca calificó de «desafortunada» la decisión del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, de no entrevistarse con el vicepresidente, Mike Pence, en protesta por la decisión de Donald Trump. «Nos parece desafortunado que la Autoridad Palestina vuelva a dar la espalda a una oportunidad para discutir el futuro de la región», dijo en un comunicado.

El jefe adjunto de Gabinete y portavoz de Pence, Jarrod Agen, defendió que, pese a la postura de Trump, Estados Unidos sigue siendo un interlocutor válido en la búsqueda de una salida negociada al conflicto. «Esta Administración permanece completamente incólume en su esfuerzo para alcanzar la paz entre israelíes y palestinos y nuestro equipo negociador sigue trabajando para confeccionar un plan en este sentido», señaló.

Las protestas siguieron sucediéndose dentro y fuera de los territorios palestinos. Fuerzas de seguridad libanesas emplearon gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a numerosos manifestantes que se concentraron cerca de la Embajada estadounidense en Beirut.

El secretario general del Partido Comunista Libanés (PCN), Hanna Gharib, declaró a Estados Unidos «enemigo del pueblo de Palestina» y exigió el cierre de la Embajada, como «símbolo de la agresión imperialista». «Pedimos al Gobierno libanés y a los estados árabes que cesen todos sus programas de cooperación con EEUU y expulse a sus embajadores, porque ese país es el presidente del terrorismo global y es el enemigo de Palestina y de todas las naciones que luchan por su libertad», destacó.

La Cámara Baja del Parlamento jordano votó ayer de manera unánime una moción para pedir a su comité legal que «reestudie» todos los acuerdos firmados hasta ahora con Israel, principalmente el tratado de paz de 1994, así como «todas las violaciones» a estos.

A última hora, el Ejército israelí informó de un tiroteo contra un autobús en Cisjordania cuando circulaba cerca de la colonia de Beit El.