Txisko FERNÁNDEZ
DONOSTIA
INVESTIGACIÓN SOBRE LOS INGRESOS Y LA RIQUEZA

El crecimiento de la desigualdad es una realidad cada vez más evidente

Quienes dan por superada la crisis global que estalló hace una década no dejan de subrayar los datos generales que indican que hemos entrado en una nueva fase de «crecimiento económico». Otros analistas prefieren incidir en cómo se reparte la riqueza generada y, en su caso, destacan el crecimiento de la desigualdad por todo el planeta.

desberdinkeria
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El informe del Laboratorio sobre la Desigualdad (World Inequality Lab) correspondiente a 2018 se basa en el trabajo realizado por más de un centenar de investigadores de cinco continentes que contribuyen a dar forma a World Wealth and Income Database. A partir de ahí, un equipo coordinado, entre otros, por Facundo Alvaredo, Thomas Piketty y Gabriel Zucman ha realizado una serie de análisis y sus correspondientes conclusiones.

En el resumen del documento que se hizo público ayer se señala que el objetivo de este trabajo es ofrecer a los actores sociales la «evidencia necesaria» sobre la distribución del ingreso y la riqueza para poder participar de forma más informada en el debate sobre este asunto. Sus autores parten de la base de que «la desigualdad económica es un hecho generalizado y, hasta cierto punto, inevitable». «Es, sin embargo, nuestra convicción que, en caso que el incremento de la desigualdad no sea debidamente monitoreado y enfrentado, puede llevar a todo tipo de catástrofes políticas, económicas y sociales», añaden.

 

Tras la declaración de principios y las explicaciones técnicas, pasan a comentar los «nuevos hallazgos» cosechados en su investigación, que no son positivos ni muy sorprendentes, ya que vienen a constatar que «la desigualdad se ha incrementado en prácticamente todas las regiones del mundo en décadas recientes, aunque a distintas velocidades».

No obstante, puntualizan que los niveles de desigualdad son muy diferentes entre países, incluso entre aquellos con niveles similares de desarrollo, lo que «muestra la importancia de las políticas e instituciones nacionales para influir en la evolución de la desigualdad». Esto da a entender que algunos factores que agravan la desigualdad se pueden evitar gracias a ciertas actuaciones políticas.

Los datos que respaldan estas evidencias se pueden observar en los gráficos anexos.

Claras divergencias

Otra conclusión destacada es que la desigualdad de ingresos presenta una fuerte variación entre regiones: «Es relativamente más baja en Europa y alcanza su máximo en Medio Oriente». En cuanto a los ritmos, analizan, entre otros casos, las diferentes trayectorias seguidas por «países anteriormente comunistas o con altos niveles de regulación». Así, el incremento de la desigualdad resulta «particularmente abrupto en Rusia, moderado en China y relativamente gradual en India», lo que refleja la aplicación de «diferentes tipos de políticas de desregulación y apertura».

La divergencia en la evolución durante las últimas décadas también ha sido «particularmente clara» entre Europa Occidental y Estados Unidos. Si en 1980 tenían niveles similares de desigualdad, «hoy se encuentran en situaciones radicalmente distintas», ya que en el país norteamericano se ha incrementado muy notablemente, llegando a invertirse el peso que tienen en el Ingreso Nacional el grupo del 50% de personas con menos ingresos y el 1% de las que más ingresan.

Otra evidencia que han detectado es que «los países se han vuelto más ricos mientras que los gobiernos se han vuelto pobres», ya que la propiedad de la riqueza se está traspasando del dominio público al privado.