El FMI condiciona el préstamo millonario a que Kiev controle el este

El préstamo de 17.000 millones de dólares que el FMI ha concedido a Ucrania está condicionado a que las autoridades de Kiev no pierdan el control de las provincias del este -lo que se acelera cada día-, que representan el 21% de la riqueza del país. El dinero prestado deberá servir primero para saldar las deudas del gas con Rusia y las contraídas previamente con el propio Fondo, y van ligadas a duros ajustes.

El FMI anunció la concesión de un préstamo de 17.000 millones de dólares a las autoridades de Kiev, una ayuda inscrita en un plan de apoyo global de 27.000 millones de dólares (unos 12.258 millones de euros) en el que también participan la UE y el Banco Mundial. La ayuda está condicionada a duras medidas de ajuste, pero además el plan será revisado si las autoridades de Kiev pierden el control de las regiones del este del país.

Ucrania ya perdió Crimea, anexionada a Rusia, pero su importancia económica es mucho menor que las regiones del este, corazón industrial del país, sobre todo Donetsk, donde grupos prorrusos reclaman su independencia y ocupan edificios oficiales en más de una docena de ciudades. Esta misma semana el presidente ucraniano, Oleksandr Turchinov, reconocía haber perdido el control de Lugansk y Donetsk.

«El conflicto podría debilitar los ingresos presupuestarios y dañar notablemente las perspectivas de inversión», teme el Fondo, que calcula que las provincias de Donetsk, Lugansk y Jarkiv representan más del 21% del PIB del país y el 30% de su producción industrial.

Primero, pagar el gas a Rusia

El embajador de Ucrania en EEUU, Alexander Motsyk, confía en que la ayuda del FMI ayude a superar una situación «muy difícil» en su país y aseguró que cumplirá «con todas nuestras obligaciones, con todos los compromisos que hemos adquirido». Pero no será tan sencillo cumplirlas. En realidad, Kiev ya debe al Fondo 5.000 millones de dólares por programas previos interrumpidos, por lo que la «inyección neta» del FMI será de 12.000 millones de dólares.

Del primer desembolso de alrededor de 3.190 millones de dólares, 2.000 millones serán para apoyo presupuestario a Kiev, con el objetivo de ayudar a estabilizar la economía ucraniana al borde de la bancarrota.

Pero este préstamo está condicionado a duras medidas que obligan a Ucrania a subir los precios de la energía y los impuestos.

Además, buena parte de la ayuda deberá utilizarse para pagar la enorme deuda del gas que Ucrania tiene con Moscú. «Ucrania debe cumplir con sus obligaciones de deuda, incluidas con Rusia», afirmó Reza Moghdam, director del Departamento de Europa del FMI.

Moscú exige a Kiev el pago atrasado del gas, en torno a 2.200 millones de dólares, aunque el Fondo ha utilizado un precio menor por metro cúbico que para calcular la deuda.

Los dos intentos previos de paquetes de ayuda financiera, en 2008 y 2010, fracasaron por la incapacidad de las autoridades ucranianas de poner en práctica las reformas requeridas.

Ucrania recupera el servicio militar obligatorio

El presidente interino de Ucrania, Oleksandr Turchinov, aprobó ayer un decreto para recuperar el servicio militar obligatorio, aplicable a todos los hombres de entre 18 y 25 años que no puedan acogerse a exenciones o prórrogas. La debilidad de las fuerzas ucranianas ante el conflicto en el este del país ha llevado a Kiev a adoptar esta medida que Turchinov atribuyó a las «amenazas» e «injerencias» de Rusia en la zona. La BBC calcula que el Ejército, que progresivamente había ido eliminando el servicio militar obligatorio, contará así con un millón de reservistas, siete veces más del contingente actual. En Kiev, las autoridades llevaron a cabo ejercicios militares en los que unidades especiales con vehículos blindados rodearon el Parlamento y colocaron francotiradores en el tejado. El lugar ha sido escenario de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y grupos de ultraderecha que indican que Kiev tampoco controla totalmente su propio entorno.

En el este, sigue perdiendo el control. Manifestantes prorrusos asaltaron ayer la sede de la Fiscalía en Donetsk tras una manifestación de unas 10.000 personas, y los policías que la custodiaban fueron obligados a salir humillados y golpeados entre un pasillo de manifestantes. Por otro lado, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, calificó de «farsa» la propuesta del primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, para celebrar el 25 de mayo de un referéndum sobre la unidad y la integridad territorial de Ucrania y argumentó que esta iniciativa solo agravaría la crisis. Rusia advirtió de que una operación para neutralizar a los prorrusos que controlan varias sedes oficiales en más de una docena de ciudades provocaría «consecuencias catastróficas». GARA