Sole GALIANA BELFAST
Procesos soberanistas

El primer ministro galés y Sinn Féin instan a garantizar la «devolution»

El aumento de competencias o «devolution» prometido por Londres para garantizar el No en Escocia ya es reivindicado con fuerza no solo por el aún primer ministro, Alex Salmond, sino también por su homólogo galés, el laborista Carwyn Jones, y por Sinn Féin en el norte de Irlanda. La idea de una unidad de acción cobra fuerza. Además, el ejemplo escocés anima la cuestión pendiente del referéndum sobre la unidad de Irlanda.

La promesa a la desesperada hecha por David Cameron a Escocia de una devo max de poderes para frenar la independencia se ha convertido ahora en algo de obligado cumplimiento. Horas después de conocerse el triunfo del No, el primer ministro británico designó a Lord Smith of Kelvin para implementar las transferencias acordadas con los líderes laborista y liberal, Ed Miliband y Nick Clegg. La cuestión es que ese proyecto de traspaso de transferencias no se ha hecho público y, por tanto, hay grandes dudas sobre su contenido. Así pues, las puertas están abiertas a negociarlo prácticamente todo, con la excepción de Defensa y Exteriores.

Tanto en Irlanda como en Gales la reacción ha sido inmediata, con la exigencia de que el mismo paquete sea desarrollado en favor de los ejecutivos de Cardiff y Belfast, algo a lo que se declaró dispuesto Cameron. En Gales, el primer ministro, el laborista Carwyn Jones, ha declarado la muerte del Reino Unido como entidad política. Jones exige que representantes de los tres gobiernos autonómicos se sienten juntos a la mesa a negociar con el Ejecutivo británico y que esto se inicie cuanto antes.

Sinn Féin está de acuerdo con la visión de Jones de un frente común ante Londres. «Queremos entrar en el debate reconociendo que probablemente existe una visión común entre escoceses, galeses y nosotros mismos. Nuestro trabajo es construir un frente común. ¿Podemos conseguirlo? Yo creo que sí», aseguraba el republicano Martin McGuinness.

Adams: «Muy positivo»

El líder de Sinn Féin, Gerry Adams, resalta la importancia del proceso en sí y la posibilidad de un referéndum. «Los escoceses han decidido y ha sido un ejercicio verdaderamente democrático, de los más democráticos que he visto en estas islas. Ha sido una campaña intensa, inclusiva y estimulante. La participación ha sido magnífica. A nivel personal, por supuesto no soy unionista, pero decidimos no posicionarnos porque creemos en el derecho de autodeterminación. La gente ha decidido y ahora nos toca trabajar para que las élites de Londres, el primer ministro y los líderes de los otros dos partidos cumplan con el compromiso que dieron y que Cameron ha repetido tras el resultado», apunta

«Le damos la bienvenida, pero Londres es conocido por sus promesas incumplidas, y por ello tenemos que actuar ya e involucrar al gobierno de Dublín», advierte el líder republicano.

En el norte de Irlanda el unionismo plantea que se hubiera producido un caos total en Gran Bretaña si hubiera ganado el Sí en Escocia. Para Adams, «ese es el tipo de sentimiento que aseguró la victoria del miedo sobre la esperanza. Todos los que votaron por la independencia lo hicieron con esperanza en el futuro. Los que votaron en contra ciertamente estaban atemorizados frente al tsunami de la presión desde Londres. Pero de lo que podemos estar seguros es que esta unión no es fija o estática, porque las promesas de la campaña del No son de transferencia de poderes y cambio, y no solo para Escocia y el norte de Irlanda, también para Gales. Y esto es algo muy positivo», remarca Adams.

Detalla que las expectativas de Sinn Féin sobre la promesa de Cameron consisten en «tener la mayoría de los poderes transferidos, como la posibilidad de recaudar nuestros propios impuestos. De hecho, ya se ha mencionado el tema del Impuesto de Sociedades, en el que estamos en competencia con la República de Irlanda y que Sinn Féin quiere armonizar».

En su comparecencia, añadió irónicamente que una situación en que los partidos unionistas no trabajaran por la transferencia de poderes en cuestiones como ayudas sociales «sería muy educativa» para sus bases.

Es precisamente en la discusión sobre los niveles de autonomía del norte de Irlanda donde se complica la situación del unionismo. Desde el DUP, Jeffrey Donaldson ha expresado su interés en negociar mayores transferencias frente a la desidia del líder del mismo partido, Peter Robinson, que considera que no hay necesidad de más poderes si no se pueden implementar los ya adquiridos, refiriéndose a la disputa sobre los recortes de las ayudas sociales en el norte de Irlanda que Sinn Féin se niega a aprobar. El primer ministro unionista obvia que estos recortes son una imposición de Londres y que precisamente las transferencias abrirían la oportunidad a políticas negociadas dentro de las necesidades específicas locales.

¿Y el referéndum?

Por lo que se refiere a un referéndum sobre la unidad de Irlanda, Gerry Adams apunta que le gustaría que tuviera lugar durante el próximo mandato en la Asamblea legislativa, que será elegida el 7 de mayo del 2015, «pero tan importante como ello es iniciar un debate al respecto, una conversación nacional sobre el futuro de Irlanda. El Acuerdo de Viernes Santo permite un referéndum, y el Gobierno debe apoyarlo, pero es una cuestión que todos deberíamos discutir... ¿Qué nos enseña el debate escocés? Que una campaña que es informada, intensa, edificante..., es buena para los ciudadanos, para la democracia, es bienvenida y es algo que me gustaría reproducir en esta isla», argumenta.

Adams considera que es el momento de plantearlo. «Normalmente, las dificultades emanan del pasado. Claro está que necesitamos aprender de dónde venimos, pero este es el mes en que enterramos a Albert Reynolds e Ian Paisley, dos personas con dos perspectivas totalmente

distintas pero con el mismo foco: el futuro».

Sin embargo, desde el unionismo, Peter Robinson, que comparte el liderazgo de las instituciones norirlandesas con Martin McGuinness, se escaquea a la hora de manifestarse sobre el tema. «La ley requiere que el secretario de Estado esté seguro de que existe la posibilidad de un cambio y las encuestas de opinión muestran lo contrario», argumenta.

«No intento huir de una votación que permita a los norirlandeses determinar qué es lo mejor para ellos», asegura el actual primer ministro norirlandés, aunque apunta a continuación que «no dudo de cuál sería el resultado».

Brown: En enero habrá borrador

El ex primer ministro británico Gordon Brown reveló en un discurso realizado ayer en Fife, costa este escocesa, que los líderes de los tres principales partidos han firmado un documento en el que asumen la responsabilidad y se comprometen a cumplir con el calendario para la entrega de más poderes al Parlamento de Edimburgo, extensible a Gales, norte de Irlanda e Inglaterra según dijo Cameron nada más conocer el resultado.

El documento ha sido firmado por el propio primer ministro británico, el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, y el viceprimer ministro, el liberaldemócrata Nick Clegg, así como por el propio Brown, que ha llevado el liderazgo de esta propuesta en la recta final de campaña dada su doble condición de laborista y escocés. Mañana se presentará en la Cámara de los Comunes de Londres, donde el próximo 16 de octubre se debatiría como propuesta.

Tras la victoria del unionismo en el referéndum escocés, Brown remarca que las promesas de última hora realizadas por Londres «serán cumplidas». Del mismo modo, pide trabajar por la unidad de Escocia tras la división que a su juicio ha podido provocar una campaña en la que los resultados se han mostrado tan equilibrados.

En palabras del ex primer ministro laborista, el compromiso base «incluye la promesa de redactar un borrador de ley sobre la autonomía de Escocia» para finales de enero. No hay mucho tiempo dado que en mayo tocan elecciones a Westminster. A.A.