Oihane LARRETXEA DONOSTIA
Entrevista
MARTIN GARITANO
DIPUTADO GENERAL DE GIPUZKOA

«Mi compromiso político seguirá tras esta etapa institucional»

El máximo mandatario del territorio, Martin Garitano (Bergara, 1963), destaca el camino emprendido por un equipo de gobierno que llegó a la Diputación guipuzcoana con un proyecto muy concreto hace más de tres años: «cambiar la forma de hacer las cosas». Considera que se han dado los primeros pasos «con más aciertos que errores», aunque admite que harán falta más años porque la senda es larga. «Seguiremos recorriéndolo desde este despacho», dice, golpeando ligeramente los nudillos sobre la mesa.

El máximo mandatario del territorio, Martin Garitano (Bergara, 1963), destaca el camino emprendido por un equipo de gobierno que llegó a la Diputación guipuzcoana con un proyecto muy concreto hace más de tres años: «cambiar la forma de hacer las cosas». Considera que se han dado los primeros pasos «con más aciertos que errores», aunque admite que harán falta más años porque la senda es larga. «Seguiremos recorriéndolo desde este despacho», dice, golpeando ligeramente los nudillos sobre la mesa.

El curso político ha arrancado tras el periodo vacacional con las próximas elecciones municipales y forales en el horizonte. Mayo se ve cerca y lejos al mismo tiempo. Lo que está claro, al margen de las percepciones, es que quedan por delante ocho meses de intenso trabajo.

El diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, recibe a GARA en su despacho del edificio foral, donde medita muchas de las decisiones que ha de tomar como máximo mandatario del herrialde.

Una vez complete el mandato no repetirá candidatura. La decisión, cuenta, nunca la escondió. «Mi entorno social y familiar, en el mismo partido, sabían que vine para ejercer cuatro años». Matiza, sin embargo, que ello no significa poner punto final a su «compromiso político».

Se busca un perfil más gestor en la persona que EH Bildu proponga como candidato a próximo diputado general. Precisamente, esa es una de las críticas que le hacen desde la oposición. ¿Cree que son justas? ¿Qué valoración hace de su gestión?

Entiendo que a la oposición le corresponde criticar pero, en cualquier caso, a nosotros nos criticaron también por eso antes de que entráramos a gobernar. Por lo tanto, hay que considerar las críticas en su justa medida y en función de lo que estas se correspondan con la realidad.

Respecto a la próxima legislatura, yo tengo claro, y también todo mi entorno social y político, que cuando entramos hace cuatro años en la Diputación adquirimos un compromiso, quienes podíamos hacerlo, porque buena parte de nuestra gente estaba en situación de ilegalidad y no podían. A la vista de esa necesidad, se nos pidió un compromiso. Yo entendí que tenía que asumirlo, porque incluso en mi compromiso profesional y político anterior me había pasado la vida pidiéndole al resto de la gente que diera los pasos que fueran imprescindibles.

En este caso creí que me correspondía hacerlo, con la absoluta claridad de que era un paso que había que dar en un momento histórico determinado, y que tenía un cometido para un tiempo tasado de cuatro años. Estoy absolutamente satisfecho con lo que hemos hecho. Creo que en política hay que saber llegar, hay que saber estar y hay que saber irse cuando a uno le corresponde. He vivido una vida de compromiso político desde muy joven, cuatro años corresponden a esta etapa institucional, y seguiré con mi compromiso político hasta el día en que me evapore.

Los nombres que se barajan para encabezar la lista de EH Bildu para las elecciones forales son personas que han trabajado en su equipo. ¿Qué opinión le merecen?

En primer lugar, partimos de que todas estas referencias se remiten a un medio de comunicación que en mi opinión no ha informado de forma objetiva.

Por lo que respecta a los nombres que se han citado, me parecen absolutamente correctos, confío en todos y cada uno de los miembros de mi gobierno. Creo que es un equipo que ha acreditado que el independentismo de izquierdas puede y sabe gobernar. Además, sabe hacerlo en clave de progreso, en clave de cambio y con unas pautas de transparencia, honradez y efectividad que no todo el mundo puede acreditar. Cualquiera de los miembros de mi equipo podría hacerlo estupendamente.

¿Quién sería su candidata o candidato ideal?

Formo parte de una coalición donde el proceso para la elección de las candidaturas, no solo para la Diputación, también para los ayuntamientos, está abierto. Es un proceso en el que está participando la militancia, que es a quien le corresponde, no le corresponde al diputado general señalar; yo soy un militante más y participo en la asamblea de mi agrupación, en mi barrio, y ahí opino.

La gestión de los residuos ha marcado parte de la legislatura. ¿En qué creen que se ha acertado y en qué se podría mejorar?

Todo es mejorable en esta vida pero, dicho esto, la gestión de los residuos va a ser uno de los elementos de los que vamos a estar orgullosos en el futuro. Nos encontramos con un plan integral de residuos, el PIGRUG, basado exclusivamente en la incineración. Las directrices europeas, el sentido común, incluso la economía y el futuro nos animaban a abandonar ese proyecto y buscar una alternativa ecológica, económica, de progreso, y que nos acercara al escenario que Europa dibuja para el año 2020.

A partir de ahí, la oposición centró el foco en el sistema de recogida del puerta a puerta, competencia de los ayuntamientos.

¿Qué supuso la moción de censura contra Juan Karlos Alduntzin, entonces diputado de Medio Ambiente?

Aquello me afectó porque lo estimaba y lo estimo, tanto en lo personal como en lo profesional. Habrá sido la decisión más injusta que han adoptado los partidos de la oposición. Fue una pequeña venganza contra este Gobierno, en un intento desaforado de desgastar la acción del independentismo de izquierdas de EH Bildu, porque se había desmontado el mito de que estábamos para reivindicar, no para gestionar. Sin embargo, sabemos atender a la ciudadanía y a sus intereses. No sé si todo el mundo puede decir lo mismo.

El Consejo de Administración de Kutxa ha rechazado llevar a la asamblea general su propuesta para el mantenimiento del carácter público de la caja. ¿Qué valoración hace?

El Consejo de Kutxa ha cometido una ilegalidad al no incluir en el orden del día esta propuesta. Eso por un lado.

Por otro lado, ha acreditado que quiere hurtar el debate en la asamblea, que debiera ser soberana, y lo ha hecho para encubrir un expolio que afectará a todos los guipuzcoanos. La fórmula que habían propuesto, la de la representación de las Juntas Generales, podía ser aceptable si en Bizkaia y Araba la hubieran aplicado también. Pero no han querido. Quieren hacerlo rápido y cuanto antes, de forma que para cuando la sociedad se percate de la dimensión de este expolio sea irreversible. Ha sucedido en Nafarroa, en Catalunya, y resulta dramático que suceda aquí.

Llegado ese momento, a su Gobierno no le podrán reprochar que no lo intentaron.

Bien, pero esa es una triste satisfacción. El objetivo último no tiene que ser haber tenido razón, sino que no se cometa ese despropósito.

La Diputación de Gipuzkoa ha cerrado acuerdos con todos los grupos. ¿Cuál de ellos ha sido relevante para el territorio?

Ha sido importante que en los tres ejercicios anteriores hayamos alcanzado los acuerdos necesarios para tener nuevos presupuestos cada año. Somos la única institución que ha conseguido tener cuentas propias, sin prórrogas.

También fue importantísimo el que alcanzamos con el Partido Socialista de Euskadi, en materia de fiscalidad. Un acuerdo que nos ponía en el buen camino hacia una fiscalidad más justa y equitativa. Un pacto fiscal que, lamentablemente, por razones que aunque no se me escapen no quiero explicitar, fue hecho retroceder por el propio PSE en connivencia con el PNV. En cualquier caso, aquel pacto fue histórico, y esa es la vía que seguirá Gipuzkoa en la siguiente legislatura, cuando sigamos en este gobierno.

Quedan ocho meses de legislatura pero, ¿qué le hubiera gustado haber logrado y de momento no ha sido posible?

Muchas cosas. Por ejemplo, un gran pacto político para que la normalización política y la paz en Gipuzkoa fueran por delante de otros lugares donde no hay tanta voluntad. Podríamos haberlo hecho, pero han sido las estrategias de los partidos, más que la voluntad de los representantes que aquí tienen.

¿Qué retos tiene Gipuzkoa?

Las fundamentales son la creación de empleo, la minorización del paro y el bienestar social. En tanto que la economía no se reactiva en los términos que quisiéramos, porque la crisis no se circunscribe a nuestro territorio, hemos hecho un esfuerzo especial en garantizar la calidad y la dignidad de las personas, destinando el 50% del presupuesto a ello.

Tras muchos años como periodista ¿qué ha aprendido de la gente y de la propia política al otro lado de la barrera?

He aprendido muchísimo, esta es una gran facultad de periodismo y otras disciplinas. En más de tres años hemos tratado con miles de personas, con asociaciones, organizaciones... y hemos comprobado que hay mucha más gente haciendo cosas de lo que parece. Gipuzkoa es muy viva, social y dinámica.

Sobre política, que nada es blanco y negro, sino que hay muchos matices cromáticos.

¿Qué ha sido lo mejor y lo peor que ha vivido como diputado general?

Ha habido muchos momentos buenos; es difícil elegir. Citaría la Conferencia de Paz de Aiete, que fue un hito en la historia reciente de Euskal Herria. El orgullo de haber estado allí no te lo quita nadie. Asimismo, ayudar a alguien a resolver el problema que tenga, bien sea de financiación, de infraestructuras...

Lo peor, sin duda, la moción de censura contra Juan Karlos Alduntzin. Fue una injusticia, porque no tuvieron el valor político para pedir la cabeza del diputado general.