Alberto PRADILLA
Desde Vista Alegre

Aplaudir una cosa y la contraria antes de votar

Los consensos no siempre funcionan, las propuestas tienen que ser compatibles», proclamaba, entre aplausos, Juan Carlos Monedero. Minutos antes, Pablo Echenique abogaba por apurar los intentos de «consenso», también con ovación. Además de debate, las jornadas de Vistalegre han tenido mucho de euforia colectiva. La verdadera prueba serán los votos.

La jornada del sábado fue de toma de posiciones y Vistalegre estaba a rebosar. Ayer la entrada flojeó algo más, aunque los debates eran más profundos. Sin embargo, en un contexto de ilusión colectiva, en ocasiones se aplaudía una afirmación y la contraria, creando una sensación cercana a la del capítulo de Los Simpson en el que Kang y Kodos, extraterrestres, suplantan a los candidatos a la presidencia de EEUU y cierran el disenso con un «aborto para unos, banderitas americanas para los otros», en medio de la aprobación general. Había euforia y elevar el tono de voz de forma vehemente, así como llamar a la unidad, servía para ganarse las palmas. Claro, que en todo este ambiente, también se producía un debate intenso. Si la víspera había sido la jornada del precalentamiento, ayer tocaba explicarse. También, marcar línea de cara a un proceso que no termina el próximo 26, cuando se conocerá qué texto es el más votado por los, por ahora, 130.000 inscritos.

«Las elecciones no las gana un secretario general ni tres, ni cien, las gana la gente. No hemos venido a echarnos a un lado sino para dar un paso al frente». Lo manifestaba Teresa Rodríguez, respondiendo a la invitación lanzada el día anterior por el equipo de Pablo Iglesias de que el equipo que no obtenga el aval mayoritario ceda espacio a los vencedores. La eurodiputada, arropada por Echenique y Lola Sánchez, que también integra el grupo en Europa, aseguró que aspirará a formar parte del Consejo Ciudadano, el principal órgano de dirección de Podemos que se constituirá el 15 de noviembre, gane o no su propuesta. También es cierto que el líder de Podemos templaba los ánimos y evitaba hablar de triunfadores y derrotados. Eso sí, mantenía que, por coherencia, no aspiraría a seguir al frente en caso de que las bases den la razón a Echenique. «Yo no soy imprescindible. Si vosotros, si la mayoría cree que hay que tener otra estrategia, me pongo a las órdenes» de quien la haya planteado, afirmó, pese a que Echenique insistía en que el «líder carismático» ya está en las filas de Podemos y es el propio Iglesias. «No soy un macho alfa, soy un militante», reiteró este.

En medio de un aplausómetro, el rostro más visible de la formación rompió la dinámica y pidió silencio. «Os reto a que no me aplaudáis», dijo, para reivindicar el «miedo» que, a su juicio, crece entre «la casta» ante la posibilidad de que se impongan en las elecciones. «Nos temen porque nosotros sabemos decir que no. Puede que nos ofrezcan presidencias a cambios de pactos, puede que seduzcan a un posible alcalde a cambios de pactos, pero nosotros sabremos decir que, en esas condiciones, no». Cierto es que, si se miran los apoyos en ovaciones, las dos principales corrientes se encontraban a la par. Aunque también hay que reconocer que quienes se desplazaron a Vistalegre forman parte de los círculos, que es como decir el «núcleo duro» en cada municipio. Otra cosa será lo que decidan los votos telemáticos.

La idea de que no solo quien tiene «más tiempo» o «más experiencia» tiene que marcar la línea en Podemos es algo que han reiterado desde «Claro que Podemos». Lo hizo especialmente Carolina Bescansa, la encargada de defender los principios organizativos. En «Sumando Podemos», sin embargo, se apela a una mayor autonomía de las bases organizadas. Unos activistas que, como es habitual, debatían en corrillos mientras que las diferentes propuestas se exponían en el escenario. Tras una maratoniana jornada y con Vistalegre ya a media entrada, Iglesias invitaba a «no mirar hacia adentro, sino hacia fuera».