Entrevista
Xabier de Felipe
Violinista

«Me encanta el folk, pero tenía claro que quería dedicarme a la música clásica»

Aunque es hijo de Natxo de Felipe, cantante y fundador de Oskorri, Xabier de Felipe ha trazado su propia senda en el mundo de la música. Talentoso violinista, salió de Euskal Herria hace cinco años para formarse con algunos de los mejores profesores de Alemania y en la actualidad trabaja en la Orquesta de la Radio de Hamburgo.

Xabier de Felipe ofrecerá un recital esta tarde en el Conservatorio Arriaga de Bilbo, a las 20.00, con entrada libre. Tocará obras de Beethoven, Montsalvatge y Lutoslawski junto a la pianista Arrate Monasterio.

Hablamos con usted hace cinco años porque le habían otorgado la prestigiosa beca para músicos Nicanor Zabaleta. ¿Qué ha pasado en su carrera desde entonces?

La beca me permitió seguir estudiando en Frankfurt y después perfeccionarme en Berlín en un máster con Viviane Hagner. En estos años he estado tocando también con la Joven Orquesta Gustav Mahler, con la que he podido conocer a los mejores directores y solistas del mundo y visitar muchos países de Europa. Recientemente he estado trabajando con la orquesta del Konzerthaus de Berlín y, hace dos meses, me he incorporado a la Orquesta de la Radio de Hamburgo como primer violín.

Hay quien dice que con la gran evolución de nuestros conservatorios en los últimos años ya no es imprescindible terminar los estudios musicales en el extranjero. ¿Por qué sintió usted la necesidad de irse?

Es verdad que en los últimos 20 años el nivel de los conservatorios del Estado y los alumnos que salen de ellos ha subido muchísimo, pero todavía estamos un escalón por debajo de países como Alemania o el Reino Unido. Si un alumno quiere explorar sus límites, descubrir cuál es el máximo que puede dar, todavía tiene que salir fuera y conocer otras escuelas, profesores y tradiciones musicales. Además, con la crisis económica el sector de los conservatorios también se ha resentido bastante en el Estado. Lo que se había ganado ahora se mantiene a duras penas e incluso se pierde.

Acaba de entrar como violinista en la NDR-Sinfonieorchester de Hamburgo. ¿Cómo es el trabajar en una orquesta alemana?

El nivel de la orquesta es impresionante y al ser parte de la radio pública, además del repertorio clásico hacemos muchos programas de música contemporánea y otros repertorios inusuales. Una orquesta de este nivel te da asimismo la oportunidad de hacer giras mundiales: este año iremos a Corea, China, Japón, Amsterdam, Frankfurt, Stuttgart, Viena y Praga. No hay ninguna orquesta española que viaje tanto ni actúe en tantas salas prestigiosas. El propio conjunto es muy internacional, en los primeros violines, entre mis compañeros, hay alemanes, polacos, chinos, japoneses, rumanos, coreanos...

Trabajar en una orquesta, ser profesor, aspirar a una carrera como solista... ¿Cuál es su objetivo como violinista?

Ahora en la NDR estoy feliz, la verdad. Aunque he estudiado el repertorio solista me gusta muchísimo la música de cámara y estoy intentando reforzar esa parte, tocando con mi pianista habitual, Arrate Monasterio, y comenzando a formar un cuarteto de cuerda con algunos de mis compañeros en la orquesta de Hamburgo. En estos momentos queda mucho camino por recorrer y no me cierro a ninguna posibilidad.

Debutará en el Palau de Barcelona el próximo jueves, con un programa que va a rodar previamente en Bilbo, esta tarde en el Conservatorio. ¿Qué obras ha escogido para esta cita tan importante?

La pieza central es mi sonata favorita para violín y piano de Beethoven, la número 7. Ya la hemos presentado otras veces en recital y nos sentimos muy a gusto con ella. Llevaremos también las «Tres policromías» de Xavier Montsalvatge, un gran compositor catalán, y «Subito» del polaco Witold Lutoslawski, por introducir algo de música contemporánea.

¿Le interesa la música contemporánea? No es tan común entre los violinistas.

Me gusta salir de vez en cuando del repertorio que se hace siempre. Estudié música de cámara en Musikene con Gabriel Loidi, que es compositor, y estábamos muy tentados a trabajar siempre la música contemporánea. Y sí me gustaría, en algún momento del futuro, hacer una colaboración con compositores.

Siendo hijo de Natxo de Felipe, líder de Oskorri, ¿nunca se ha sentido inclinado por la música folk?

Me gusta muchísimo la música folk pero nunca he pensando en seguir la tradición de mi padre o tocar junto a él. He hecho folk de vez en cuando, en grupos con amigos, y hasta he llegado a participar en algunas grabaciones, pero siempre ha sido algo puntual y esporádico. Tenía muy claro desde joven que quería dedicarme a la música clásica y esta tiene un repertorio tan enorme que te exige estar completamente muy centrado en él.