«Ayudar ante el peligro es el deber de cualquier persona que esté en el mar, sin distinción de su origen, color, religión y convicciones», declaró el presidente de Sea Eye, Michael Buschheuer, y fiel a ese principio la ONG acudió ayer en auxilio del C-Star, de una tripulación que hace todo lo posible para evitar los rescates de inmigrantes en el Mediterráneo. Sea Eye fue contactada por el centro de coordinación de rescate de Roma para ayudar a la «nave nazi», con problemas en la costa libia. Contactada por radio, la tripulación xenófoba rechazó «cualquier ayuda» y la ONG puso rumbo a la zona SAR, de búsqueda y rescate, donde su trabajo suele ser boicoteado por el barco de extrema derecha, que hizo público que tuvo «un ligero problema técnico durante la noche» que trataba de resolver. Desde que zarpara, el C-Star fue retenido en Chipre, no logró atracar en el puerto siciliano de Catania como tenía previsto y se ha topado con las protestas de decenas de personas cuando han intentado alcanzar puertos tunecinos para proveerse.