Maria Cruz Polaina González
Procuradora en Juntas Generales de Álava por Podemos-Ahal Dugu

De la calle vine y a la calle vuelvo. Allí estaré

Ante el dilema ético de seguir y, por tanto, participar en un fraude a la ciudadanía, por lealtad a la promesa electoral, por honestidad hacia aquellas que prestaron su voto, y por coherencia con los valores que porto, opto por renunciar. No colaboraré en el incumplimiento del proyecto político y anuncio mi desobediencia.

Carta abierta a la ciudadanía alavesa

Me llamo Mari Cruz Polaina y es este un mensaje a la opinión pública, pero sobre todo a la ciudadanía alavesa, la misma ciudadanía que confió en el proyecto político de Podemos-Ahal Dugu, prestándonos sus votos para que 8 procuradores fuéramos su voz y apostando de forma clara por el cambio. El compromiso electoral hablaba de rescate ciudadano, luchar contra la corrupción, empoderamiento, participación, Derechos Humanos y Sociales... Es decir, una Álava para todas, con cien pies y oídos en la calle, junto a las personas, y con una apuesta también muy clara por la feminización de la política. Decididas, sobre todo, a no repetir. El llamado conflicto del grupo juntero estaba presente desde el minuto 0. Erramos la dirección y la carga de nuestros cañones; permitimos la práctica de un canibalismo interno voraz a la vez que fuimos facilitando la entrega en fascículos a los medios. A día de hoy, este conflicto sigue vivo, sin abordar y por lo tanto, sin resolver. Si en febrero del 2016, el propio grupo juntero por indicación de la Secretaria de Acción Institucional Estatal acepta recurrir a un servicio externo para la resolución de conflictos, hoy, esta decisión sigue pendiente de ejecución por boicot interno.

El cambio de portavocía en mayo de 2016 y del que no participé, fue un parcheo provisional. Introdujo verticalidad, quebró la cohesión del grupo dejando instaurado un liderazgo de corte despótico propio de prácticas heteropatriarcales. Este terrorismo interno abortó la construcción de un modelo alternativo de sociedad con el que nos habíamos comprometido. Nuestro único contrato era con la ciudadanía. Mimetizarse detrás de la fortaleza de Juntas, refugiarse en sus normas vetustas o rendirse a su dinámica de no acción tramitando expedientes en plazo, es participar en mantener esos muros cerrados a la ciudadanía. Aspirar a ser un buen procurador o una buena procuradora, como las demás, es incompatible con ser gente normal de la calle que ha venido a hacer política. Prometimos construir de abajo a arriba. Se ha negado la realidad de Álava, a su gente y a sus necesidades, primando un Álava ante todo vitoriano y para los de siempre. Vinimos a situar a las personas en el eje de nuestra acción política. Me cuestiono la pertenencia a un partido que permite la mercantilización de la vida, como al rechazar una unidad de mamografía en Rioja Alavesa, estableciendo alavesas de primera y de segunda categoría. Ningunear lo local, el principio de proximidad o la participación directa bajo la trampa de homogeneizar derechos para todas las vascas y vascos es negar la entidad foral de Álava, y por tanto, es negar la identidad de su ciudadanía. Y ello es incompatible con la igualdad. Democracia directa y participación no se pueden limitar ni matizar ni controlar, ni contener. Representar a Podemos-Ahal Dugu en eventos sociales financiados con fondos públicos, estériles para lograr unas mejores condiciones de vida y de convivencia para las alavesas, parodiando el pasado y fomentando un modelo socio-económico fracasado, o la defensa a ultranza en asistir a celebraciones religiosas encajadas en actos políticos, violan los principios fundamentales del proyecto inicial de no privilegios, de sostenibilidad y de laicidad. Colaborar en que el PNV-PSOE cumplan su proyecto de gobierno o el mantenimiento de una postura de vasallaje aprobando unos presupuestos en contra los derechos de la ciudadanía, no permite cumplir el proyecto político prometido. Retirar de forma gratuita una interpelación en Pleno de control con comparecencia de la Diputada de Bienestar Social es inclinarse ante el poder y nosotras prometimos oponernos al fracking social.

No vinimos a asentarnos en las poltronas de los escaños sino a levantar las alfombras y exigir bolsillos de cristal. Frases como «¡No hemos venido a hacer oposición!», «¡O tragas, o te largas!» no son compatibles con los eslóganes del 15M. Desde el minuto 0, el objetivo era abortar el proyecto político en Álava y hacerle el caldo gordo al PNV. El ambiente de violencia y terror psicológico en el que se ha expresado este conflicto y su normalización, con ataques y amenazas como praxis diaria, basadas en aspectos como los valores de la persona, sus circunstancias familiares o su proyecto vital o acusaciones verbales de delito gratuitas, todo ello alimentado desde la rumorología y el chismorreo y orientados a dañar la dignidad, no es propio de representantes del pueblo. Las diferencias pseudopolíticas se han combatido con ataques hacia las personas, usando la agresión, fomentando la competitividad y la rivalidad con discordias estériles, un poder ejercido por la fuerza, desde la falta de respeto, la burla y la ridiculización, y por el no acatamiento de los acuerdos democráticos del grupo. Se rechazó construir y velar por el bien común. Palabras como democracia y ética se vaciaron de contenido, se despreciaron oportunidades como la tarea común encomendada y el encargo de la ciudadanía. Cooperación, colaboración, escucha o empatía no se usaron y en lugar de integrar, expulsamos. Mi capacidad de trabajo y nivel de desempeño han sido cuestionados en público en un intento de invisibilización y ninguneo. Y sí, confieso y me declaro responsable de: la defensa de la enmienda a la totalidad a los presupuestos del 2016 pactados entre PNV y Bildu, porque eran continuistas, no participativos y aún menos sociales, pero sobre todo porque así lo habíamos decidido; la propuesta de creación de una Comisión de Personas Mayores y Transgeneracionalidad; la creación de una Escuela de Ciudadanía como aportación personal en la elaboración a la Norma Foral de Transparencia; la vigilancia en el cumplimiento del desarrollo de la Cartera de Servicios Sociales exigiendo el principio de participación plena y directa de la ciudadanía y de las personas usuarias en el diseño del modelo de derechos sociales; la actualización del Estatuto Básico de Centros de Personas Mayores; la comparecencia de la Diputada de Bienestar Social en relación al cumplimiento de varios compromisos adquiridos en materia de Derechos Sociales como las medidas a tomar para evitar desahucios de primera vivienda, y otras como, la defensa al impulso a la generación de empleo en las zonas desfavorecidas de Álava, la necesidad de una mejor gestión de los ferrocarriles en Álava, o la denuncia del uso de la Cámara para dirimir obviedades como el cumplimiento del Convenio por gasto sanitario o como espacio electoral.

Como Presidenta del Grupo Juntero inauguramos el espacio Ágora, establecimos en septiembre 2015 los 8 ejes estratégicos, planteamos planes de trabajo por Comisiones, nos configuramos como equipo de trabajo planificando nuestra acción política. Ideamos un proceso participativo en los presupuestos y alimentamos la savia de Podemos recorriendo los círculos de Álava, y ello a pesar de la falta de colaboración, negativa y boicot de algunos miembros del propio grupo. Como persona más votada por la circunscripción de Vitoria-Gasteiz se limitó mi participación en el Consejo Ciudadano Municipal con barreras y difamaciones. Las represalias, ideadas con premeditación, como son el cese de la liberación, o la reclusión y destierro a la Comisión de Infraestructuras Viarias y Movilidad son muestras de la permanencia de un entorno de hostilidad y hostigamiento, reforzado por la negativa en ejecutar el acuerdo de resolución de conflictos y en activar los mecanismos evitatorios solicitados a día de hoy. El desempeño del cargo público y del mandato ciudadano prestado en este entorno está directamente relacionado con la quiebra de mi salud y la situación de baja laboral prescrita por los médicos. Ante el dilema ético de seguir y, por tanto, participar en un fraude a la ciudadanía, por lealtad a la promesa electoral, por honestidad hacia aquellas que prestaron su voto, y por coherencia con los valores que porto, opto por renunciar. No colaboraré en el incumplimiento del proyecto político y anuncio mi desobediencia. Ante la pasividad al afrontar el conflicto y poner en marcha las medidas acordadas, solicitadas de nuevo recientemente, tampoco volveré a arriesgar mi salud.

Devuelvo los votos prestados y lo aprendido: a los medios, les animo en mantener el derecho a la información con rigor; a la ciudadanía, le presento mis excusas por el fracaso en cumplir su mandamiento. No bajen la guardia, el empoderamiento ni se otorga ni se adquiere sino que es una co-responsabilidad como sujeto político que nos corresponde a cada persona. Sigamos participando sin delegaciones, ni filtro. Sigamos indignadas. Lo que cuesta la celebración de un pleno, un lunch o en qué se gastan los partidos políticos sus asignaciones sale de nuestro bolsillo y cuestionarlo es participar. El gran reto sigue siendo la igualdad, no sólo en política sino en la vida, y para ello la transformación y el cambio solo pasan por rechazar la violencia en sus múltiples facetas e innovar desde el rechazo de los modelos conocidos. La lucha sigue pendiente. ¡Nos vemos en la calle!

Maria Cruz Polaina González – Procuradora en Juntas Generales de Álava por Podemos-Ahal Dugu.

https://youtu.be/G_FLTUdW9F0

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