Aniceto Morales
Trabajador de Instituto de Secundaria

Desmontando mitos del régimen sobre el euskara y el modelo D

Los partidos políticos del régimen (UPN, PPN y PSN) cada vez tienen más problemas para hacer una oposición mínimamente razonable a los nuevos gobiernos del cambio tanto en la Diputación como en los Ayuntamientos. Quizá por eso recurren con demasiada frecuencia a temas como la educación y el euskara, en los que siempre han intentando crear enfrentamiento.

Aferrándose al victimismo que les caracteriza, en este inicio de año han tenido una actuación especialmente virulenta con el euskara y con el modelo D en la campaña de prematriculación en infantil y primaria. Para su desgracia no se ha cumplido ninguna profecía apocalíptica de las anunciadas y la campaña ha transcurrido con total normalidad, y el modelo D, que goza de buena salud, ha seguido avanzando lento pero con paso firme y seguro.

¿Por qué goza de buena salud el modelo D? Porque los resultados de prematriculación de los últimos años así lo acreditan. En la prematrícula de 2007/2008, por poner un ejemplo, los modelos puros (sin programas de aprendizaje de lenguas, sin PAI) tuvieron estos resultados en centros públicos A: 19,44%, B:0,02%, D: 32,83% y G:38,17%). Una década más tarde, en la prematrícula de 2017/2018, los resultados han sido A: 2,24%, B:0%, D: 30,28 y G: 1;65%. Es más, si el PAI-D no se hubiese impuesto, como se hizo en los centros de nueva creación donde se reclamaba modelo D, la matrícula actual del modelo D en centros públicos habría llegado al 38,30%.

El modelo B ha desaparecido en los centros públicos y el A y G no llegan a superar el 2,5% de matrícula. Es evidente que sólo el modelo D ha aguantado el tirón del British-TIL-PAI, precisamente porque este modelo ya llevaba de serie el programa de aprendizaje de lenguas. En el modelo D se imparten las dos lenguas de Navarra (castellano y euskara) más inglés y en algunos casos una segunda lengua extranjera (francés o alemán).

La desaparición de los modelos A, B y G era algo cantado e inevitable por su condición de modelos monolingües y esto lo sabían perfectamente en UPN. Precisamente para retrasar su desaparición e impedir la extensión del modelo D (como llegó a reconocer Barcina) en 2003 introdujeron el primer PAI en algunos centros con la fórmula del British, para luego pasar al TIL y acabar con el actual PAI extendiendo sin planificación y de forma apresurada estos programas a más de 100 centros, haciendo política de tierra quemada.

Estos tres partidos siempre han intentado asociar al euskara y al modelo D términos como discriminación, imposición y sectarismo, creando mitos que en el pasado les han dado bastante rédito, pero que poco a poco se van desvaneciendo.

El euskara, según la última encuesta sociolingüística de Navarra, es utilizado de forma activa y pasiva por unas 124.000 personas de las 640.000 que vivimos en Navarra (en torno a un 23% de su población o lo que es lo mismo algo más de una de cada 5). Por su parte el castellano es hablado por toda la población de Navarra con la excepción de la población inmigrante recién llegada de países de habla no hispana. ¿Dónde está el poder de discriminación de una lengua minorizada como es el euskara ante una lengua dominante como es el castellano? El euskara en todo caso necesita una discriminación positiva, para poder igualarse a la otra lengua de Navarra, y no negativa, como ha ocurrido con los gobiernos de UPN en los últimos años.

El euskara, siendo una lengua propia de Navarra, sufre discriminación, entre otras cosas, por la zonificación de la ley del Vascuence, discriminación que por cierto no sufre el inglés, a pesar de ser una lengua extranjera. Establecer zonificaciones para el uso, enseñanza y aprendizaje de lenguas sean propias o extranjeras es una verdadera estupidez. Es como poner puertas al campo. La petición de incorporación a la zona mixta por casi una treintena de municipios de la zona no vascófona es un claro ejemplo de esa injusta zonificación.

Sin contar el profesorado del modelo D, Navarra, con una población de unos 640.000 habitantes, cuenta con 23.008 (88,6%) personas contratadas en la Administración Pública con requisito exclusivo de castellano. Cada empleado por tanto tiene un ratio de 27 habitantes. La población euskaldun (activa y pasiva) de Navarra es de 124.000 personas, que cuentan con 148 (0,9%) puestos de trabajo en la Administración con requisito de euskara, lo que supone que cada empleado tiene un ratio de 838 habitantes. El agravio comparativo es realmente alarmante. ¿Qué población está discriminada? Si el nuevo decreto del euskara intenta equiparar el porcentaje de población euskaldun con los contratados en la administración con perfil de euskara se estará haciendo un poco de justicia y sin mermar en absoluto los derechos de la población exclusivamente castellanoparlante, porque esas personas de la administración serán bilingües y también les podrán atender en castellano.

El modelo D, que es un modelo de inmersión lingüística en euskara (más del 75% de sus sesiones son en esta lengua) no discrimina a ninguna lengua, de hecho trabaja el castellano, el euskara, el inglés y, quienes lo eligen, el francés o alemán obteniendo muy buenos resultados académicos y los mejores resultados lingüísticos en número de lenguas y nivel de las mismas. ¿Dónde discrimina o margina el modelo D al resto de lenguas que no son el euskara?

Si realmente se quiere hablar de discriminación igual habría que hablar del modelo G y todas sus nuevas versiones (G-British, G-PAI, G-PAL, G-PAF), porque no contemplan ni una sola sesión en euskara en todo el proceso educativo, discriminando y marginando a una lengua de Navarra y lo que es peor (aunque suene duro decirlo) porque acaban formando analfabetos integrales respecto a una de las lenguas de Navarra. ¿UPN, PPN y PSN son conscientes de que este modelo está cerrando un mercado laboral muy amplio y próximo (un territorio de más de 3 millones de habitantes) a todas estas personas que estudian en modelo G y sus versiones? Probablemente sí, pero su objetivo ante la fiebre del aprendizaje del inglés evidentemente es meramente electoral.

El euskara y el modelo D en ningún momento se han impuesto a nadie. Lo ha elegido quien ha querido y en muchos casos quien ha podido, porque en base a una discriminación por ley hasta hace dos cursos no se ha ofrecido en muchos centros y lugares de Navarra, aunque había gente dispuesta a elegirlo. La apertura del modelo D en nuevos centros en ningún caso ha supuesto el cierre de otros modelos o programas. Por el contrario la implantación del PAI en más de 100 centros en los últimos años sí ha obligado desde su implantación a todo el alumnado y familias a tener que elegirlo porque desde su implantación era la única opción.

Por lo tanto, lo justo sin ningún lugar a dudas es asociar el euskara y modelo D a la libre elección, el plurilingüismo y la integración.

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