Fermín Gongeta
Sociólogo

El gas de esquisto –el fracking–: la gran estafa

Si creemos los titulares de la prensa americana, prediciendo una expansión económica, debida a la “revolución” del gas y petróleo, obtenidos por medio del fracking, el país se bañaría pronto en el oro negro.

El éxito lo había anunciado ya la Agencia Internacional de Energía, en el documento 'Perspectivas energéticas mundiales 2012'.

Pero según anota Nafeez Mosaddeq, politólogo británico, director ejecutivo del Instituto de Investigación y Desarrollo de Brighton, en Le Monde Diplomatique de marzo del 2013, estos recursos no se obtienen más que a un precio de una contaminación masiva del entorno.

Eh aquí el resumen de su amplia exposición.

Una encuesta del New York Times, del 25 de julio de 2011, revelaba ya algunas fisuras en el boom del gas de esquisto, divulgando las dudas alimentadas por geólogos, abogados y analistas de mercados, en cuanto a los efectos del anuncio de las compañías petrolíferas, sospechoso de sobre estimar deliberadamente e incluso ilegalmente, el rendimiento de sus explotaciones, y el volumen de sus yacimientos.

La extracción del gas a partir de las rocas de pizarra del subsuelo –continuaba el diario– se manifiesta menos sencilla y más costosa de lo que pretenden las compañías, tal como lo indican los cientos de correos electrónicos y los documentos intercambiados entre los industriales, de la misma manera que lo evidencian los datos recogidos en varios miles de perforaciones.

Ya al inicio del 2012, dos consultores americanos, dan la alarma en Petroleum Review, la principal revista de la industria petrolífera británica.

“Para los industriales, las sobreestimaciones de los yacimientos  de gas de esquisto, les hacen dejar en segundo plano los riesgos propios de su explotación. Sin embargo, la fracturación hidráulica no tiene únicamente efectos nocivos para el medio ambiente, sino que presenta también un problema estrictamente económico, porque la producción es de muy corta duración”.

En la revista 'Natura', nº 481, enero del 2012, un antiguo consejero científico del gobierno británico, David King, subraya que el rendimiento de un pozo de gas de esquisto, pierde entre el 60 y el 90% al final de su primer año de explotación.

El periodista Wolf Richter, en Busines Insider -5-06-2012- advierte que “la economía de la fracturación es una economía destructora… La extracción deja las empresas explotadoras sobre una montaña de deudas, en cuanto la producción se desploma… Las compañías deben continuar bombeando sin descanso… en un intento de compensar los pozos agotados por otros que lo estarán al día siguiente”.

El geólogo Arthur Berman, que trabajó para Amoco, antes de fusionarse con la empresa BP, señala en Oilprice –12 de noviembre de 2012– que “los empresarios deberán perforar casi mil pozos suplementarios al año en el mismo emplazamiento” (haciendo referencia a Eagle Ford de Texas).

Esto significa –prosigue– un gasto de 10 a 12 millones de dólares al año… Si se suma todo esto, se llega al importe de las sumas invertidas en el rescate de la industria bancaria en el 2008. ¿Dónde van a conseguir todo este dinero? (Nosotros sí sabemos dónde lo han conseguido, de la miseria del pueblo).

En la misma época, después de que la compañía petrolera Royal Dutch Shell hubiese encadenado tres trimestres de resultados mediocres, que acumulaban descensos del 24% anual, el servicio de información del Dow Jones, se alarmaba del “prejuicio causado por la pasión del fracking, al conjunto del sector bancario”.

Chesapeake Energy, pionera en la carrera del gas esquisto, pone en venta parte de sus activos por un importe de 6,9 mil millones de dólares para poder pagar a sus acreedores. ('Washington Post', 13-09-2012).

En el 'Financial Times' (06-05-2012) el analista John Dizard observa que los productores de gas de esquisto,habían gastado “dos, tres, cuatro, y hasta 25 veces, cantidades superiores a sus fondos propios (capital más reservas) con el fin de adquirir tierras para perforar pozos e intentar llevar sus programas con éxito”.

El geólogo Berman confirma la hipótesis de que “se asistirá a dos o tres quiebras, u operaciones de estrepitosos rescates, en virtud de los cuales, cada empresa se retiraría del negocio y los capitales se evaporarían”.

El politólogo Nafeez  Mosaddeq concluye su escrito señalando que “los informes de los geólogos, técnicos y financieros no han sido tenidos en cuenta ni por los medios informativos, ni por los políticos, sumergidos en la retórica publicitaria de los lobbies de la energía. Y, es lamentable, porque su conclusión se comprende fácilmente: lejos de restaurar cualquier tipo de prosperidad, el gas de esquisto –el fracking- infla una burbuja artificial que camufla temporalmente una profunda inestabilidad estructural. Cuando la burbuja explote, ocasionará una crisis de suministro y un despegue de los precios que amenazan con afectar dolorosamente a toda la economía mundial”.

El mismo encargado del gas de esquisto en Europa de la empresa Total, M. Bruno Courme, exponía ya en agosto del 2013: “Nuestros conocimientos del subsuelo son limitados. En Polonia, por ejemplo, la empresa americana Exxon, ha decidido no continuar la aventura”.

El diario británico 'The Guardian' (Novethic 03/2015) hace campaña para convencer a la fundación Bill y Melinda Gates, de excluir la energía del gas esquisto de sus inversiones. En muy pocos días ha recogido cerca de 100.000 firmas. El mensaje es sencillo: ¿a qué sirve vacunar niños, y financiar el desarrollo, si ustedes financian las empresas que arruinan el porvenir del planeta?

Y en Euskal Herria, ¿qué?

Iker Armentia, en su blog “No sin mochila”, presenta una rica información sobre la actividad de los políticos de Euskadi.

Por mi parte, no puedo sino limitarme a manifestar mi más profunda indignación y vergüenza; y decir simplemente que “¿nuestros?” políticos tienen ojos pero no ven, ni leen, porque no saben o no quieren. Deben tener oídos, pero únicamente son sensibles a los cantos de sirenas de los poderosos de la tierra siempre dispuestos a las recaudaciones impositivas y fraudulentas, sobre el pueblo más humilde, con pretensiones de renovación industrial.

La carrera por el fracking ya la empezó Ibarretxe en abril del 2.006, cuando en nombre del Gobierno vasco ofreció a la empresa americana HEYCO participar en la explotación del gas de esquisto en Euskal Herria.
Heyco… es una empresa de EEUU, cuyos mandatarios patrocinan al partido republicano, con fondos de la misma empresa. Ellos, lógicamente, niegan con terquedad los efectos nocivos de las emisiones de CO2 y otros productos químicos, en las perforaciones de gas de esquisto. Es su negocio.

Luego, fue Patxi López que, en Dallas anunció el 14 de octubre del 2011: “El próximo año se perforarán los dos primeros pozos de Euskadi, en la zona de la llanada alavesa con la tecnología de Heyco”.

La Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi, Shesa, sociedad 100% del Gobierno Vasco, ha formado una sociedad, en la que mantiene el 42,9%, con Heyco (21,8%), y Cambria Europa (35,3%) para hacer las prospecciones. Van a invertir 100 millones de euros en los dos primeros pozos ('El País', 15 de octubre de 2011). Por consiguiente… el gobierno vasco pondría cerca de 50 millones de euros a costa de los impuestos de los ciudadanos. ¿De dónde pués, saca el dinero?

Cuando Urkullu, actual lehendakari, se presentó a las elecciones, fue tajante: “No a la exploración, ni a la explotación del gas de esquisto” Pero una vez en el poder, su clarividencia mental parece haberse ensombrecido. Debe ser por esa razón que, en la actualidad, no mantiene su promesa contra el fracking.

Porque ¿a qué viene que en este mes de febrero pasado, los votos del PNV consiguieran paralizar la tramitación de la iniciativa popular contra el fracking? A eso se llama descarada marcha atrás. Dado que la iniciativa pedía solamente que se prohibiera en Euskadi la extracción del gas de esquisto mediante la técnica de la fracturación hidráulica… pero únicamente con el fin de solicitar la comparecencia de expertos en la materia.

Son de sumo interés las declaraciones del señor Vicuña, el 16 de marzo pasado, como ex director de la sociedad pública del Gobierno Vasco, SHESA, manifestando con descaro al final de su discurso, que la explotación del gas de esquisto en E.H. proporcionaría beneficios económicos. Pero se atreve, a renglón seguido, a manifestar que el beneficio de esta explotación, no se vería reflejado en la factura energética… De todas maneras, lo del señor Vicuña lo entiendo, porque, ya en agosto del 2013 su retribución era de 103.439 euros, casi 2.000 más que el año anterior… y según El Mundo, 12/12/2014, seguía ganando más que el lendakari Urkullu.

El señor Urkullu… puede que no tenga tiempo para informarse de lo que la industria del gas de esquisto representa para la salud, el ambiente, y las carteras diezmadas de los ciudadanos, a pesar de que geólogos y financieros internacionales se hayan manifestado, y claramente afirmando que esta industria no es sino una burbuja comparable a la burbuja inmobiliaria española.

Urkullu parece no comprender nada del fracking, puesto que el 21/12/2014, a través de la sociedad pública EVE, contrataba a la agencia de comunicación Consejeros del Norte, la mejora de la imagen del fracking. El lehendakari ¿no da para más? Hacen de Gasteiz la capital de Euzkadi, para luego destruir toda la provincia. Esto es la inteligencia.

Es preciso pasar a la acción. Pero no a una manifestación anual, sino con una presencia y voz permanente, capaz de convencer al Gobierno vasco, antes y después de las elecciones, de la estupidez de la aplicación del fracking, y detener su explotación.

Todos con Araba… pero todos, a cada llamada del anti fracking, hasta que  detengamos a estos destructores.

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