Por aquel entonces estaba Víctor Valiño de Delegado de Cultura, tanto en el Centro Gallego como en la Irmandade de Centros y el alcalde era Pablo Gorostiaga, un admirado y viejo conocido de quien escribe estas letras y que fue tratado tan injustamente por las altas instituciones de este Estado español, represor, corrupto y prevaricador.

Nos trajo, entonces, la claridad de su palabra y aire fresco para alimentar la saudade que los emigrantes sentimos por nuestra patria de nacimiento y fortalecer la fidelidad a esta tierra que nos acogió: Aquí estamos, pois, protexidos, amparados e defendidos, nesta terra irmá, tan metida en nós, pola Arbore de Gernika que, debaixo da súa sombra protectora, acolle a dous pobos aos que, en certo sentido, lles tocou vivir e sofrer un destino semellante. Dous pobos que, para defender o propio, non negan o alleo porque saben que a grandeza e marabilla da vida é a súa variedade, dixo, ante unha praza ateigada de xente.

Estos antecedentes y la empatía que dejó en ese lugar, dieron pié a que, Víctor, el entonces Delegado de Cultura, la Peña Deportivista Anduriña de Laudio y la actual directiva del Centro Gallego, presidida ahora por Francisco J. Pedreira, propusieran al Ayuntamiento hacer un reconocimiento al poeta por su cariño a esta patria de su gran amigo Gabriel Aresti, sobre la que escribió varios artículos y poesías y a la que tantas veces viajó. Por el empeño de estos paisanos y la buena voluntad de la corporación municipal, presidida ahora por Natxo Urkixo Orueta, el próximo día 20 se llevará a cabo la inauguración de un monolito en su honor, al lado del hermoso «cruceiro» que el Centro Gallego colocó el 25 de setiembre de 1984 en el parque Lamuza, delante de la bien cuidada Casa de Cultura, como homenaje de los gallegos a los vecinos y vecinas de este concejo del Valle de Aiara.

Los que escuchamos su pregón en aquel 27 de mayo y los que tuvimos la suerte de tratar al poeta nunca lo olvidaremos, pero a partir de ahora Manuel María quedará para siempre en ese parque y en el corazón y la memoria de todos los laudioarras que contemplen la piedra de granito de Parga, tallada en forma de libro abierto por el escultor gallego Xosé Val Díaz (Valdi), que reproduce en sus dos páginas un precioso grabado de nuestro poeta nacional y más abajo la siguiente inscripción en galego y en euskera: Manuel María Fernández Teixeiro. 06/10/1929 – 08/09/2004, Galicia/ Galicia somos nós:/ a xente e mais a fala./ Si buscas a Galicia/ en ti tes que atopala! Ao insigne poeta galego Manuel María polo seu labor a prol das culturas éuscara e galega. Laudio, 2017ko maiatzak 20, una hoja de roble y el escudo de la villa.

Ademas de la corporación municipal, encabezada por el alcalde, acudirán a esa inauguración, entre otros, el historiador gallego Xosé Estévez, afincado en Euskadi y amigo del poeta, que lo hará en representación de la Fundación Manuel María; Meli Estéban, viuda del que fuera su gran amigo, Gabriel Aresti; el Coordinador de la Asociación Cultural Xermolos de Guitiriz y de la Irmandade Manuel María da Terra Chá, Alfonso Blanco Torrado, que permanecerá en Euskal Herria durante tres días para hacer presentaciones en cinco sitios distintos (Universidade de Deusto, Santurtzi, Laudio, Sestao y Masustegi), del poemario, Rimas de Frei Bento do Santo Nome do Santo Alberte, del emigrante gallego afincado en Madrid e investigador del Apalpador, José Andrê López Gonçalez.

Debido al poco interés de las instituciones gallegas por nuestro patrimonio, presentará también, conjuntamente con José Manuel Veiga, la campaña de crowdfunding, o pequeño mecenazgo, para recoger apoyos con el fin de poder rescatar de la ruina la casa natal de Xosé María Díaz Castro, para devolverla al pueblo convertida en museo, posada de creadores, escuela de escritores y escritoras, local social para los vecinos, un espacio para todas las asociaciones de la comarca, sede de la Irmandade Manuel María; una «Casa da Xente» que sirva para crear un vivero de iniciativas de cara a promover nuestro maltratado rural.

Alfonso aprovecha cualquier ocasión para llevar a todas partes Xermolos y germenes de nuestra cultura para expandir la Terra Chá (Tierra Llana) más allá de las fronteras de Galiza, y, con el cineasta guitiricense Bruno Pena, director del cortometraje A Chave de Bascuas, presentarán, en los lugares antes citados, esa hermosa película que recupera una leyenda perdida de Galiza, en este caso de Guitiriz, de la que apenas hay información y que llegó hasta nosotros gracias al boca a boca de los más mayores de la comarca.

Aquí podemos ver el acierto de aquellas palabras de Gabriel Aresti cuando decía que las manifestaciones de la cultura en la misma base son las que verdaderamente tienen importancia, de ahí que nuestra cultura siga viva en la emigración, y nuestros poetas serán honrados como se merece mientras contemos en esa base con personas como Alfonso, Víctor, algún Centro Gallego como el de Laudio y peñas deportivas como la Anduriña, que son consecuentes con nuestra cultura nacional, porque ya es vergonzoso para nuestras autoridades que instituciones foráneas, como el Ayuntamiento de esta villa alavesa, sean más sensibles que las nuestras propias, que son las que tienen la obligación y el deber de hacerlo, pero miran para otro lado, cuando no hacen todo lo contrario por enterrar su memoria e ignorar su obra, cuando no le pueden sacar réditos políticos.

Gracias a todos ellos Manuel María volverá a Laudio veinte y siete años después para celebrar esa hermandad entre los dos pueblos, por la que tanto luchó y de la que para siempre será testigo esa roca de granito de Parga, firme, dura y noble, como esta querida Euskal Herria que nos acogió.