Paul Nicholson
De La Vía Campesina

No vayáis a Israel en nuestro nombre

Al enterarse de la visita de la federación  de cooperativas agro alimentarias vascas a Israel y a Palestina, la Unión de Comités de Trabajadores del Campo (Uawc) de Palestina, miembro de Vía Campesina, ha enviado una carta exigiendo que se cancele este viaje.

Efectivamente, es muy preocupante esta visita en un contexto de invasión, ocupación militar y agresión al pueblo palestino porque se entiende claramente como un acto cómplice con esta barbarie, donde se quiere dar una legitimidad y una apariencia de «normalidad». Y además en nombre de baserritarras vascos.

La realidad de la masacre contra el pueblo palestino es ineludible a través de los medios de comunicación. Lo que subyace para la agricultura es menos conocido pero no menos dramático, pues el objetivo es la destrucción de su soberanía alimentaria, el robo del territorio palestino y el agua. El desplazamiento obligado de pueblos enteros palestinos, tanto en Israel como en Palestina, permitiendo la instalación de kibutz en las mejores tierras, es aun hoy parte integral de la planificación del genocidio. La creación de asentamientos destruye la comunicación entre pueblos y parcelas, de tal manera que ir a hacer las tareas de trabajo en el campo se convierte en un riesgo de ser tiroteado por colonos o militares. Los continuos controles o checkpoints no permiten trasladar las cosechas a los mercados locales, creando desabastecimiento en los pueblos y dejando pudrir los alimentos perecederos en los arcenes de las carreteras con el único fin de romper la economía campesina. El robo de fuentes de agua o la propia destrucción de las estructuras de irrigación milenarias es otra estrategia para la expulsión de los campesinos de sus tierras. Durante los últimos 10 años, ha habido un arranque de más de un millón de árboles de higos y olivos. Estos mecanismos de exclusión de los campesinos tiene un fin, la expulsión de los campesinos palestinos y reemplazarlos por una ocupación israelí, y convertir a los antiguos campesinos en trabajadores para las propias empresas israelitas, que pueden ser los kibutz.

Es por esto que la visita de la delegación de la Federación de las Cooperativas Agroalimentarias Vascas es consciente o inconscientemente un acto de complicidad y evidentemente se comprende como un apoyo político no solamente al Estado de Israel, sino también a la política agraria y alimentaria israelí y la destrucción del campesinado palestino. No hay un interés profesional para la agricultura vasca en la visita a Israel. Nuestros modelos productivos son diametralmente opuestos y no tienen nada que ver, ni en clima, ni en condiciones productivas ni agronómicas.

Para muchos y muchas baserritarras, este viaje, en el caso de que se hiciera, sería considerado como una traición a los principios fundacionales de nuestras cooperativas. Por lo tanto, en nuestro nombre no vayáis a Israel.

¿Y qué podemos hacer desde aquí en apoyo a nuestra organización hermana de Vía Campesina Uawc? ¿Y a los compañeros y compañeras campesinas palestinas?

Primero: El apoyo y la solidaridad con el pueblo palestino. El apoyo a la campaña de boicot, desinversiones, sanciones  «Campaña BDS», es decir, el boicot a los productos alimentarios israelíes que se venden en Euskal Herria. Boicot a los eventos culturales, deportivos y académicos con Israel.

Segundo: Apoyo a las desinversiones financieras e industriales, y también tenemos empresas vascas con esta relación.

Tercero: Exigir las sanciones políticas y comerciales mientras Israel no cumpla con sus obligaciones de Derecho internacional recogidas en las diferentes Instituciones de las Naciones Unidas.

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