Amaia Txurruka y Mati Iturralde
Médicas de Atención Primaria y delegadas de LAB

Pregunte a la plantilla, señor gerente

Hemos leído con atención la respuesta de Jesus Larrañaga, gerente de la OSI-ARABA al artículo que publicamos como delegadas de LAB haciendo balance del año de existencia de la nueva organización asistencial y nos parece interesante comentar algunas de las afirmaciones de plantea en dicha respuesta.

En primer lugar creemos que es un argumento muy empleado por los distintos gestores de Osakidetza el descalificar las opiniones de los representantes sindicales por considerar que nos colocamos siempre a la contra, siempre incidiendo en los problemas y sin considerar los avances y mejoras del sistema vasco de salud. Parece que desde la visión de las direcciones, los y las sindicalistas nos empeñamos en influir en la opinión publica para nublar su visión con “generalizaciones e hipótesis” sobre un sistema que como diría el consejero Darpón, es la envidia de propios y extraños. Y sin embargo en nuestra opinión nuestra labor es precisamente el poner en evidencia ese otro lado de la realidad de un servicio público que nunca se muestra en las inauguraciones de nuevas instalaciones o aperturas de congresos. Y tenemos que advertir sin ningún complejo que esa visión de la realidad es desde nuestro sindicato, desde LAB, una visión claramente ideológica en defensa de lo público y de la democratización de la salud. Tal vez esta sea la razón de que nuestra percepción de la situación de la OSI-Araba y por extensión de toda Osakidetza sea tan diferente de la de sus actuales gestores.

La unificación de las organizaciones de Asistencia Primaria y Hospitalaria se inició hace ya unos años en otros herrialdes, siendo la de Araba prácticamente la ultima en integrarse. Ante la apuesta incuestionable del departamento por dicha integración hemos solicitado una y otra vez en la mesa sectorial ( teórico órgano de negociación en Osakidetza ) el balance de la puesta en funcionamiento del resto de OSIs y si de verdad han supuesto «un proceso de definición de coordinación y continuidad» entre la asistencia primaria y los hospitales. Pero ese balance nunca se nos ha facilitado, así que nuestra opinión se basa en la observación del proceso y en el intercambio de información con nuestras compañeros y compañeros de otras organizaciones. Lamentamos por ello que el Señor Larrañaga crea que «ya no sabemos que decir» porque se equivoca, sabemos de que hablamos porque estamos día a día trabajando en los centros de salud y como todos los y las trabajadoras de Osakidetza tenemos mucho que decir.

Y es que todos los procesos de mejora que menciona el señor gerente en su carta se advierten a duras a penas en la asistencia diaria que acometemos en los centros de salud. No tenemos ninguna duda de la capacidad del sistema  de crear y recrear programas a veces tan efímeros como oportunistas, pero sin embargo nos resulta cuanto menos contradictorio el querer abarcar tanto programa con cada vez menos recursos. Porque en  las consultas y en las áreas de atención al paciente de los centros de primaria lidiamos cada día con una demanda asistencial creciente a una población no solo cada vez de mas edad sino también con mas necesidades sociosanitarias y unos usuarios y usuarias con una diversidad cultural y social que precisan respuestas cada vez mas complejas; y todo ello en huecos cronometrados en diez minutos. Pero además nos encontramos en la puerta giratoria de un sistema incapaz de educar, prevenir y  mejorar de manera eficaz el estado de salud de la población que atiende.

Nuestra realidad diaria es de agendas repletas de pacientes, listas de espera para la atención especializada interminables, pruebas diagnósticas sin fechas previsibles, multitud de trámites administrativos cada vez mas complejos y todo acompañado de un goteo continuo de pacientes que deciden acudir «a la privada» para acelerar su proceso asistencial.

Y además cubrir al compañero sus días libres, cumplimentar innumerables informes a menudo inútiles y luchar con la impotencia para que a pesar de los pesares los y las pacientes que nos confían su salud al menos no la pierdan del todo en el intento.

Se nos podrá decir que todo esto ya pasaba antes de la OSI pero al menos, reconozca señor gerente que ninguno de estos problemas han encontrado solución en esta integración y que además la asistencia primaria no puede participar en igualdad en un sistema orientado a subirse a la competencia del mercado del consumo sanitario.

Cuando nuestro sindicato expone hipótesis sobre cambios organizativos y asistenciales no lo hace para alarmar a la sociedad, lo hacemos porque hemos aprendido de la estrategia de hechos consumados de las distintas gerencias, solo habría que recordar los intentos de privatización del almacén de comarca Araba y cerrar el servicio de rayos de Olagibel. Tal vez si se actuara con transparencia no tendríamos que emitir hipótesis. ¿Por qué no explican claramente cual va a ser la organización integrada de la atención urgente? ¿Cuales van a ser los recursos humanos y técnicos y su localización? Y en la atención pediátrica… ¿Como se va a solucionar la falta de pediatras y organizar su  asistencia en los centros de salud? No son problemas nacidos con la OSI pero esto no exime para que sea su responsabilidad resolverlos.

Por último y como delegadas de LAB intentamos representar a los y las trabajadoras que nos eligen y para ello aportamos en los órganos de representación y participación que en la actualidad existen en Osakidetza. Posiblemente estos órganos son insuficientes y limitados pero al menos tienen luz y taquígrafos y una cierta lógica representativa. En cuanto a los comités, grupos de trabajo y comisiones compuestos por personas elegidas por las gerencias para adornar la participación en las decisiones consideramos que serán más manejables para las direcciones pero desde luego también dudosamente democráticas y por eso será difícil que participemos en ellas.

Nos pide aportaciones y  propuestas concretas y le aseguramos que las hacemos en la mesa sectorial, los comités de empresa y las juntas de personal; pero aprovechamos este espacio para hacerle  una para nosotras muy valiosa: Pregunte a las plantillas, acérquese a las salas de espera de los centros de salud, suba con nosotras a los pisos sin ascensor de los pacientes domiciliarios y escuche que piensan de verdad de un sistema de salud que pagan con sus impuestos y defienden como un patrimonio colectivo, tal vez le sorprenda cuantas cosas tienen que decir.

Buscar