El 40 aniversario de las primeras elecciones ha resucitado los fantasmas del pasado, conforma a las costumbres franquistas. El Congreso reservó el protagonismo al rey Felipe VI, la izquierda y los nacionalistas echaron de menos a las numerosísimas víctimas por la represión franquista, a los que rindieron su propio tributo, Y por fin el reconocimiento de que fue una dictadura, pasaron por alto las anteriores elecciones democráticas en febrero de 1936, pasó por alto que la cruel y sanguinaria dictadura franquista fue consecuencia de un golpe militar contra un gobierno legítimo y democrático. Y Podemos echó de más al exministro Martín Villa, ministro franquista y protagonista de la Transición y encausado por la matanza de Vitoria.

Felipe VI expresa en sus discursos el total alejamiento de la realidad, sesgados políticamente y tan inútiles como la institución que representa.

Vázquez Montalbán dijo que la transición fue un pacto entre dos debilidades, la del franquismo sin Franco y la oposición clandestina sin liderazgo. Los represores obtuvieron el perdón y los reprimidos se quedaron con el olvido y represaliados.

No hay que olvidar que los colaboradores del régimen, los exalcaldes y exprocuradores a Cortes obtuvieron escaños en el Parlamento... quienes se rasgan las vestiduras no lo hicieron entonces.

Después de cuarenta años han demostrado que son aprendices de demócratas, y muy interesados en las amnesias, tras el franquismo nos quedamos en homenajes a los diputados constituyentes.

En Cataluña su parlamento ha conseguido la nulidad de los juicios del franquismo mientras el Congreso niega realizar. Sigue la amnesia y el franquismo

Salud y República,

Pedro Mari Usandizaga Añorga