Mikel Arizaleta

Aquí estamos

Este bello poema de la poetisa alsasuarra Castillo Suárez, escrito originalmente en euskera y traducido al castellano por Fernando Rey, fue leído en Iruña por la autora misma en el anhelado homenaje a las víctimas de la violencia policial y de grupos de extrema derecha. Es un poema a la altura de las circunstancias.

«Aquí estamos,
pero nuestra mente viaja muchas veces a lugares nunca visitados.

Aquí estamos,
aunque sea con cicatrices.
Somos como paraguas doblados por la ventisca
que han conseguido mantenerse enteros,
a pesar de tener alguna varilla rota.
Algo está roto en nuestro interior:
nos duele,
lo percibimos a deshoras;
pero no queremos vivir sin ese dolor.
Porque el recuerdo es nuestro dolor.
Porque es al recuerdo a donde retornan quienes no están ya con nosotros.
Y para qué evocar aquello que nos produce dolor.
Y por qué mantener la puerta abierta, si nadie vendrá ya.

Aquí estamos,
hoy.
El mundo hoy no se detendrá.
Las nubes pasan de modo inadvertido.
Los aviones las rasgan.
Pero alguien, hoy, ha sollozado con nosotros.
Y, por un instante, hemos ido a los lugares nunca visitados.
Pero no hemos estado solos.
No hemos sentido que la muerte también nos ata a la vida.
Que el silencio es demasiado grande.

Aquí estamos,
también allá.
El tiempo de las preguntas no ha pasado,
pero, sin embargo, ya no estamos como ayer.
Hasta ayer mirábamos por la ventana caer copos de nieve:
la nieve es silenciosa y fría
y cubre senderos y carreteras.
Hoy, en cambio, la nieve nos quema la piel.
Percibimos al mismo tiempo el frío de la pérdida y el calor del amparo.
Nuestro dolor no es solo nuestro.

Aquí estamos;
y seguimos viajando a los lugares nunca visitados;
pero, hoy, nos nace una tímida sonrisa,
como primer rayo de sol tras la nevada.
Nuestro dolor se está derritiendo.»

Y al leer este bello poema de Castillo Suárez me acordé de otro de Erich Fried, aquel poeta judío austríaco, que sufrió la persecución nazi y denunció a los judíos por perpetrar ellos la misma salvajada con los palestinos:

«Pasa lo que pasa
Pasa lo que pasa siempre / y lo que seguirá pasando / si nadie se rebela.
Los inocentes nada saben / de puro inocentes que son, / tampoco los culpables / por su culpabilidad acumulada.
Los pobres no lo perciben / de pobres que son, / tampoco los ricos / cegados por la riqueza.
Los tontos se encogen de hombros / de tontos que son, / lo mismo hacen los listos / pero estos de puro listos que son.
Los jóvenes no se preocupan / por demasiado chicos, / y tampoco los viejos / por cercanos a la muerte.
Y como no hay rebeldía / nada sucede / y pasa lo que pasa / y seguirá pasando.»

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