Javier Orcajada del Castillo

Dibujos animados: el Pato Donald

Ahora nos enteramos después de ser publicados documentos secretos, que nuestra transición fue una ocurrencia de Kissinger, Secretario de Estado de USA. Los demás países siempre hemos dependido de lo que ordene el Imperio, por eso todos nos sentimos orgullosos bajo el manto protector de la Stars & Stripes. Hemos tenido presidentes despiadados, como Truman, quien lanzó dos bombas atómicas sobre dos ciudades niponas «para salvar vidas humanas» provocando medio millón de víctimas. George W. Bush tiene el honor de ser el fundador de ISIS y provocar la destrucción de las Twin Towers. Pero lo alucinante es que el actual presidente de los EEUU es un pato, así, como suena, el Pato Donald, Tiene aspecto humano, pero realmente es un pato, y en lugar de plumas tiene pelo, aunque amarillo y cerebro de pato y por tanto hace patochadas. Decide lanzar La Madre de Todas las Bombas en Afganistán en «una operación de precisión: arrasa refugios que construyeron los yankees, donde ahora se ocultan los terroristas». Ante la amenaza de un ataque con bombas atómicas de Corea del Norte a USA, el Pentágono envía una flota con un portaaviones nuclear como buque insignia a las costas de Kim Jong-Un, pero se le da el rumbo de navegación equivocado y en lugar de su destino previsto, aparece toda la flotilla en Australia. Como disculpa responde con su agudeza característica ante los periodistas que «no quiere dar pistas al enemigo». Afirma que deportará a todos los emigrantes ilegales. No le han asesorado bien, pues si cumple su amenaza los EEUU quedarán despoblados, ya que todos los americanos son o han sido ellos o sus ancestros emigrantes, incluido nuestro pato. Salvo los indios, que son los naturales de aquellos territorios, pero que James Stewart, Burt Lancaster y Gary Cooper se encargaron de arrasar en El Alamo y otras muchas hazañas bélicas del Far West. Cuál será la próxima sorpresa de su política: que ordene a los marines invadir nuestra Isla del Perejil o, peor aun: ¿que le dé por leer un libro? A ver lo que decide el Pato Donald. ¡America first!

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