Javier Orcajada del Castillo

Las subordinadas y Caja Laboral

Esta entidad de crédito ha sido una de las más activas a la hora de colocar estos títulos entre sus clientes, mayoritariamente ancianos y jubilados en la que han confiado porque a su actividad financiera siempre le ha dado un tono popular en defensa de los intereses de los trabajadores vascos. Al iniciarse la salida al mercado la clientela acudía orgullosa a suscribir las subordinadas, pues se les ofrecía una entidad «sin ánimo de lucro»: ese era el slogan que tanta popularidad le dio. Pero se han visto dolorosamente engañados porque esos títulos, que la CLP garantizaba que eran reintegrables a la vista, ha supuesto un abuso manifiesto y que los jueces están confirmando en sus sentencias. La falsedad de su información se demuestra porque en el folleto publicitario para colocar estos valores explicaba de una manera intencionadamente confusa que el suscriptor era el último en la cadena de prioridad a la hora de su exigibilidad ante la empresa emisora. Han perdido un 90%, de su valor es decir, unas preferentes por las que se pagó inicialmente 100 €, valen ahora 10 €. Pero es que, además, ante las reclamaciones de los clientes sorprendidos por tal pérdida y ante la imposibilidad de recuperar su inversión, se ha encontrado que CLP se vale de infinidad de argucias, que traiciona la buena fe de los clientes, quienes han terminado por reclamar su recuperación por la vía judicial, a las que los jueces en sus sentencias les dan sistemáticamente la razón, como es lógico. Han falseado la documentación para demostrar la capacidad de los clientes para entender que no se trataba de títulos de alto riesgo, aunque las sentencias determinan lo contrario. No sólo han arruinado a sus clientes, sino que, además, les cobran derechos de custodia calculados sobre el nominal, a pesar de la pérdida del 90% del valor efectivo, con lo que los gastos citados supone incrementar la pérdida a la experimentada por el desplome de su cotización. Si se reclama por dicho abuso, el Defensor del Cliente responde con una misiva retórica y sin contenido ni justificación de la pérdida del 90% de su inversión. Sería encomiable que fueran tan diligentes a la hora de aceptar las reclamaciones de los perjudicados que defenderse con argumentos ofensivos y sin fundamento ante los tribunales para justificar los quebrantos a sus clientes. Si Arizmendiarrieta levantara la cabeza…

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